En un mundo donde la astrología sigue seduciendo a muchos con la promesa de revelar secretos ocultos sobre personalidades y destinos, un estudio reciente arroja un balde de agua fría sobre estas creencias astrológicas.
El investigador Mohsen Joshanloo, de la Universidad de Keimyung (Corea del Sur) y el Centro para la Ciencia del Bienestar de la Universidad de Melbourne (Australia), se embarcó en una misión para explorar si existía alguna conexión entre el “bienestar subjetivo” y la influencia atribuida a los signos zodiacales occidentales. Para ello, se valió de los datos proporcionados por la Encuesta Social General (GSS), que recopila respuestas de más de 12.000 adultos en Estados Unidos.
La investigación, publicada en la revista científica Kyklos, encontró que los signos del zodiaco occidentales tienen un impacto prácticamente nulo sobre varios aspectos del bienestar subjetivo, tales como la felicidad, la satisfacción económica y conyugal, y la salud en general.
La astrología sigue gozando de gran popularidad
A pesar de los continuos cuestionamientos por parte de la comunidad científica, la astrología no ha perdido su encanto. De hecho, un sondeo realizado por el Pew Research Center en 2018 reveló que cerca del 29 % de los estadounidenses cree en las influencias astrológicas, y parece ser una tendencia en ascenso, especialmente entre los más jóvenes.
Los estudios anteriores que intentaban validar o refutar estas afirmaciones han sido criticados por el pequeño tamaño de sus muestras y sus deficiencias metodológicas.
Ahora, Joshanloo ha llevado esta investigación a un nuevo nivel con un análisis profundo de los datos del GSS, que representa a una amplia gama de adultos estadounidenses desde 1972. En concreto, se enfocó en las respuestas de 12.791 participantes de 2016, 2018, 2021 y 2022. La muestra era diversa, con una media de edad de 50 años y una ligera mayoría de mujeres (55 %).
El estudio analizó ocho dimensiones del bienestar: felicidad general, síntomas depresivos, malestar psicológico, satisfacción laboral, satisfacción económica, entusiasmo vital, salud general y felicidad conyugal. Aplicando técnicas estadísticas avanzadas como el análisis de covarianza (ANCOVA), Joshanloo ajustó variables como edad, sexo y nivel educativo para aislar el efecto de los signos zodiacales.
Los resultados fueron claros: siete de los ocho aspectos del bienestar no mostraron ninguna correlación significativa con los signos del zodiaco. Incluso el leve impacto observado en la satisfacción económica fue tan mínimo que resultó ser prácticamente insignificante.
“Los efectos fueron casi nulos en todos los resultados de bienestar examinados, lo que indica que conocer el signo zodiacal de una persona no proporciona información significativa para predecir sus niveles de bienestar. Estos resultados concuerdan con investigaciones empíricas anteriores que, en general, no han encontrado pruebas que respalden las afirmaciones astrológicas sobre los rasgos de la personalidad o los resultados matrimoniales”, afirmó en el estudio.
Joshanloo realizó un análisis post hoc que comparó el poder predictivo de los signos del zodiaco con una variable aleatoria, demostrando que ambos eran indistinguibles.
“Estos resultados indican que consultar los signos astrológicos nos dice tan poco sobre el nivel de bienestar de una persona como simplemente clasificarla en una categoría basada en el lanzamiento de una moneda o un dado”, explicó el investigador.
Joshanloo: es hora de revisar nuestras creencias
En resumen, la investigación de Joshanloo refuerza la idea de que el movimiento de los planetas no influye en los asuntos humanos y que, más allá de la cultura y la tradición, los signos del zodiaco no tienen un impacto real en nuestra felicidad o bienestar. Además, subraya los riesgos de los estereotipos astrológicos, que pueden afectar negativamente la percepción que tenemos de nosotros mismos y de los demás.
Así, a pesar de la popularidad de la astrología y el encanto de sus narrativas, los datos sugieren, según Joshanloo, que es hora de revisar nuestras creencias y basar nuestras comprensiones de la personalidad y el bienestar en evidencia sólida en lugar de en los astros.
“Estos resultados subrayan la urgente necesidad de aumentar la concienciación pública sobre la falta de pruebas científicas que respalden las creencias astrológicas mediante sólidas iniciativas de educación pública”, dijo Joshanloo.
“Tales iniciativas pueden desempeñar un papel fundamental en la promoción de la alfabetización científica y las habilidades de pensamiento crítico, dotando a los individuos de las herramientas racionales para tomar decisiones informadas y desafiar las creencias pseudocientíficas que carecen de apoyo empírico”, concluyó el autor del estudio.
Con información de PsyPost y Kyklos.