sábado, junio 28, 2025
spot_img
InicioVidaLas heces humanas congeladas son una reserva de emergencia biológica creada en...

Las heces humanas congeladas son una reserva de emergencia biológica creada en Suiza

En un búnker especializado en Suiza reposan ya más de 2.000 muestras de heces humanas congeladas, cada una conteniendo miles de millones de microorganismos esenciales para nuestra supervivencia. Este viernes 27 de junio coincidiendo con el Día Internacional del Microbioma, un equipo internacional de 25 científicos ha publicado en Nature Communications un marco ético pionero para asegurar que este banco biológico permita a las futuras generaciones restaurar microbiomas deteriorados, tanto humanos como planetarios.

Este proyecto visionario preserva la vasta red de microbios –pequeños organismos como bacterias, virus y hongos– que no solo habitan nuestro intestino, sino que están presentes en las plantas, el suelo y todos los ecosistemas terrestres. Estos diminutos arquitectos de la vida orquestan nuestra digestión, entrenan nuestras defensas inmunológicas, protegen contra patógenos y mantienen el equilibrio de la biosfera.

Inspirada en el legendario Banco de Semillas de Svalbard –el búnker donde se almacenan semillas de todo el mundo para salvaguardar la biodiversidad de las especies de cultivos en caso de una catástrofe global–, esta biblioteca criogénica representa nuestra póliza de seguro biológica ante un futuro donde la vida moderna, con sus antibióticos, pesticidas y dietas ultraprocesadas, amenaza con erosionar irreversiblemente la diversidad microbiana esencial para la supervivencia del planeta y sus habitantes.

“La Iniciativa del Depósito de Microbiota representa un esfuerzo proactivo para proteger y preservar la vida microbiana que es esencial para la salud de nuestro planeta y sus habitantes”, afirma María Gloria Domínguez-Bello, presidenta de la iniciativa y profesora de Ciencias Ambientales y Biológicas de la Universidad de Rutgers (Estados Unidos).

Amenazas del microbioma: antibióticos y agricultura industrial

Las plantas, los alimentos y el medio ambiente también tienen microbiomas que son esenciales. Por ejemplo, los microbios del suelo ayudan a las plantas a crecer mediante el ciclo de los nutrientes, y los alimentos fermentados, como el yogur, contienen bacterias beneficiosas que favorecen la salud intestinal.

Los microbiomas ambientales, como los del permafrost ártico, son básicos para controlar las emisiones de gases de efecto invernadero. Pero según la investigación de Domínguez-Bello, los microbiomas están cada vez más amenazados por la actividad humana que altera su equilibrio natural.

En los seres humanos, el uso excesivo de antibióticos, las cesáreas y la alimentación con leche de fórmula pueden reducir la diversidad de los microbios intestinales, lo que aumenta el riesgo de alergias, enfermedades autoinmunes y trastornos metabólicos. Y en los alimentos, el uso excesivo de conservantes y aditivos puede dañar los microbios beneficiosos.

“El microbioma está bajo una gran amenaza que, en muchos aspectos, es análoga al cambio climático”, avisa Martin Blaser, miembro del consejo de administración de la iniciativa, director del Centro de Biotecnología y Medicina Avanzadas de Rutgers y coautor del artículo.

“Las actividades humanas están agotando nuestro microbioma, y hay muchas pruebas de ello”, agregó.

En las plantas, las prácticas agrícolas insostenibles, como el uso intensivo de pesticidas, pueden destruir los microbiomas del suelo, esenciales para el ciclo de los nutrientes y la salud de las plantas, afirma Blaser.

Y los microbiomas ambientales se ven afectados por la contaminación, el cambio climático y la destrucción del hábitat, lo que puede provocar la pérdida de microbios que regulan las emisiones de gases de efecto invernadero y mantienen la estabilidad del ecosistema.

La pérdida de diversidad microbiana, tanto en los humanos como en los ecosistemas, está relacionada con un aumento alarmante de enfermedades crónicas, como los trastornos alérgicos, autoinmunes y metabólicos.

2.000 muestras fecales para salvar la biodiversidad microbiana

La idea de la iniciativa es apoyar los esfuerzos para identificar microbios saludables, almacenarlos y congelarlos antes de que desaparezcan.

En concreto, en la fase piloto, ya completada, los científicos han recogido más de 2.000 muestras fecales humanas y 190 muestras de alimentos fermentados procedentes de países como Benín, Brasil, Etiopía, Ghana, Laos, Tailandia y Suiza.

Estas muestras, que contienen miles de millones de microbios intestinales, están actualmente almacenadas a -80 °C en el Instituto de Microbiología Médica de la Universidad de Zúrich.

Además, en ese momento, la iniciativa pasó de contar con unos cuantos científicos de unos pocos países a más de un centenar de 32 países.

El objetivo es alcanzar las 10.000 muestras para el año 2029, incluidas también muestras ambientales, con el fin de disponer de copias de seguridad de microbios que habitan en humanos, animales, plantas y entornos naturales.

La iniciativa se encuentra ahora en su llamada “fase de crecimiento”, durante la cual también se busca una sede permanente para albergar la cámara acorazada de muestras (se barajan posibles ubicaciones en Suiza, Canadá y otros lugares con climas fríos).

Además, se está ampliando la búsqueda de financiación pública, más allá del apoyo filantrópico actual, para garantizar la sostenibilidad del proyecto.

Marco ético y futuro: restauración de ecosistemas microbianos

El marco ético de la iniciativa descrita en el documento está diseñado para garantizar que la preservación de la diversidad microbiana se lleve a cabo de manera justa, respetuosa e inclusiva.

Algunos principios fundamentales son la soberanía de los depositantes, la colaboración equitativa y la gobernanza ética para que los recolectores originales conserven la propiedad y el control de sus muestras microbianas.

Además, la iniciativa hará hincapié en la importancia de respetar los conocimientos locales y garantizar que los beneficios se compartan de manera justa, y se dará prioridad a las consideraciones éticas, incluidos los derechos de las comunidades indígenas y la necesidad de procesos de toma de decisiones transparentes e inclusivos.

Y aunque aún faltan tecnologías habilitadoras para aprovechar al máximo la colección, los científicos que trabajan en la iniciativa prevén que en el futuro las muestras puedan utilizarse para desarrollar nuevos tratamientos médicos, mejorar las prácticas agrícolas y restaurar los ecosistemas dañados.

Actualmente no hay pruebas de que reintroducir microbios congelados en el intestino humano o en un ecosistema pueda restaurarlos por completo, pero los investigadores creen que la ciencia avanzará lo suficiente como para permitir técnicas de restauración eficaces en el futuro.

“Creemos que algún día la ciencia mejorará lo suficiente como para que dispongamos de técnicas de restauración realmente buenas”, asegura Blaser.

“Quizás dentro de 100 años, haber salvado estos microbios podría evitar una catástrofe mayor”, advierte.

Con información de EFE, Live Science, Universidad Rutgers-New Brunswick

Articulos Relacionados
spot_img

CHECO PEREZ ESTÁ DE REGRESO

spot_img

MILLONARIA INVERSIÓN EN SEGURIDAD: JAVIER MAY

spot_img

ANAHÍ, GINO Y RAFAEL MARÍN POR QUINTANA ROO

spot_img

PATO O'WARD FAVORITO EN INDYCAR

spot_img

DRIVE TO SURVIVE TEMPORADA 7 NETFLIX

spot_img

MILEI SE DEFIENDE DE LA CRIPTOESTAFA LIBRA

spot_img

CHECO PEREZ A LE MANS Y CADILLAC F1

spot_imgspot_img

SENEZ FIRMÓ CON EL AC MILAN

spot_img

FERNANDO VALENZUELA ¡VA POR TI!

spot_imgspot_img

Más populares