Durante el último año, una tendencia inesperada ha cobrado fuerza en TikTok: el llamado “matrimonio lavanda”. Jóvenes, principalmente occidentales, proponen uniones en las que el amor o el sexo no son necesarios, sino acuerdos para compartir cargas económicas, conseguir beneficios legales y ofrecer compañía estable.
Aunque pueda sonar como una ocurrencia de la Generación Z, este concepto tiene una historia mucho más profunda y compleja.
Un origen en el Hollywood del siglo XX
El término “matrimonio lavanda” surgió en la meca del cine, cuando actores y actrices homosexuales eran obligados a mantener una fachada heteronormativa para no arruinar sus carreras. Estas uniones, organizadas muchas veces por agentes o estudios, servían para proteger la imagen pública de celebridades.
Uno de los casos más recordados es el de Rock Hudson, ídolo de Hollywood que contrajo matrimonio con Phyllis Gates, la secretaria de su agente, ocultando así su homosexualidad hasta su muerte en 1985.
¿Por qué “lavanda”?
El color ha estado históricamente vinculado a la comunidad LGBTQ+. Desde las referencias de la poetisa griega Safo, pasando por los escritos de Oscar Wilde, hasta convertirse en un símbolo de protesta en el siglo XX, el lavanda ha representado tanto orgullo como discriminación. En los años 50, por ejemplo, el “pánico lavanda” en Estados Unidos llevó a cientos de empleados públicos a perder sus trabajos por ser homosexuales.
De la resistencia a la reinvención en TikTok
Hoy, en un contexto económico marcado por la inflación y la precariedad, la Generación Z ha reinterpretado el concepto. Bajo hashtags como #matrimoniolavanda, miles de usuarios proponen casarse con amigos de confianza para obtener seguridad financiera, beneficios fiscales o derechos migratorios.
Más allá de la ironía de algunos videos, esta tendencia refleja una transformación en la percepción del matrimonio: ya no se ve exclusivamente como un acto romántico, sino también como una estrategia práctica de vida.
Entre la protección y la polémica
En varios países donde ser LGBTQ+ sigue siendo un tabú o incluso un delito, el matrimonio lavanda en su sentido original todavía sirve como escudo social. En China, por ejemplo, existen los “xinghun” o “matrimonios cooperativos”, que permiten cumplir con las expectativas familiares sin renunciar a la orientación sexual de cada persona.
Sin embargo, especialistas advierten que el uso ligero del término en redes sociales puede trivializar la historia queer y los riesgos que muchas personas enfrentaron —y aún enfrentan— al recurrir a estas uniones. Además, recuerdan que vivir en un matrimonio basado en la ocultación puede tener costos emocionales: soledad, resentimiento o conflictos de identidad.
En cualquier caso, el “matrimonio lavanda” ha pasado de ser una estrategia de supervivencia en Hollywood a un símbolo de reinvención generacional en la era digital.