Las drogas psicodélicas, también conocidas como drogas alucinógenas, son sustancias psicotrópicas que afectan al sistema nervioso central alterando la liberación de serotonina. Esta sustancia química es un neurotransmisor involucrado en la percepción sensorial, la regulación conductual y alteran el estado de ánimo. Por lo tanto, a diferencia de otras sustancias psicoactivas, como las drogas estimulantes y las drogas depresoras, las psicodélicas pueden provocar efectos alucinógenos.Los usuarios de estas sustancias experimentan estados de conciencia alterados que se han comparado con el trance místico.
El uso en espacios laborales de drogas psicodélicas fuertes, como los hongos mágicos (Psilocybe cubensis), la ketamina y el LSD, se ha normalizado a tal punto que actualmente forma parte de la cultura corporativa de los Estados Unidos.Según un reportaje de The Wall Street Journal, se trata de un fenómeno que ya puede palparse particularmente en el mundo de Silicon Valley. Millonarios “tech” como Elon Musk, fundador de Tesla, y Sergey Brin, fundador de Google, forman parte de este movimiento, enfocado en producir “grandes avances en los negocios”.
Musk consume ketamina, mientras que Brin come setas mágicas. Los ejecutivos de la firma de capital de riesgo Founders Fund, inversionista en SpaceX y Facebook, también son conocidos por organizar fiestas con psicodélicos.Desde mucho tiempo, Silicon Valley ha tenido cierta tolerancia hacia el uso de drogas, pero el fenómeno está preocupando a algunas empresas que temen ser consideradas responsables de actividades ilegales.
Claridad mental y atraer a inversores
Algunos empleados de alto nivel en Silicon Valley comienzan a incursionar en los psicodélicos en busca de claridad mental o para abordar problemas de salud y terminan usando las drogas en escandalosas fiestas donde se pide a los invitados cientos de dólares para asistir, así como firmar un acuerdo de confidencialidad.Spencer Shulem, CEO de la startup BuildBetter.ai, dijo a TWSJ que usa LSD cada tres meses porque aumenta el enfoque y lo ayuda a pensar de manera más creativa. De esa forma, busca cumplir las altas expectativas de las empresas de capital de riesgo y los inversores.
“No quieren una persona normal, una compañía normal”, dijo. “Quieren algo extraordinario. No naces extraordinario”.
Impulsar el uso informal de psicodélicos en la industria tecnológica forma parte del trabajo clínico de médicos e investigadores que buscan nuevas soluciones para los problemas de salud mental. La ketamina, que los médicos han usado durante mucho tiempo como anestésico, a veces se receta para tratar la depresión o el trastorno de estrés postraumático.
Aproximadamente 280 millones de personas en el mundo viven con depresión y en muchos casos la enfermedad está vinculada a las tensiones que vienen con un ambiente laboral hostil y estresante.Según la organización sin fines de lucro Mental Health America, la depresión clínica es una de las enfermedades más costosas de Estados Unidos, llevando a pérdidas de más de US$ 51.00millones en ausentismo laboral y poca productividad, así como US$ 26 mil millones en tratamientos.
Después de las crisis familiares y el estrés, la depresión (que casi siempre viene acompañada de episodios de ansiedad, confusión y estancamiento) es el principal problema en el lugar de trabajo para los profesionales.El fenómeno ha sido vinculado históricamente con las prácticas altamente competitivas del capitalismo y ha arrastrado a muchos a consumir drogas recetadas y otras ilegales que no solo alivian los síntomas, sino que -paradójicamente- los ayudan a ser más productivos y eficientes.