Hay personas que se acuestan muy tarde bien porque les gusta disfrutar del tiempo nocturno, bien porque trabajan o bien porque su cuerpo se ha adaptado a dicho horario. La hora de ir a la cama influye también en la hora de despertarse y esto afecta al ritmo circadiano del cuerpo que determina los momentos de activación del organismo. No funciona igual en personas que se acuestan pronto y madrugan que en las que hacen lo contrario.
Acostarse tarde tiene sus consecuencias: de acuerdo con un grupo de investigadores, los noctámbulos tienen un riesgo ligeramente mayor de desarrollar hábitos poco saludables.Probablemente mueran antes que los que se duermen temprano.La investigación estuvo a cargo de un grupo de científicos de la Universidad de Helsinki, en Finlandia. Evaluó datos de casi 23 mil gemelos, recopilados a lo largo de más de 37 años en el país.El título es Cronotipo y mortalidad: un estudio de seguimiento de 37 años en adultos Finlandeses. Christer Hublin y Jaako Kaprio estuvieron al frente.
¿Qué es el cronotipo y por qué es el centro de este estudio?
Los científicos evaluaron el impacto del cronotipo de un individuo. Esto es la predisposición natural que cada persona tiene de experimentar picos de energía o momentos de descanso según la hora del día, siendo distinto en cada persona, de acuerdo con el Instituto Internacional de la Melatonina, citado por la BBC.Cuando hablamos de seres vivos que son más activos durante las horas de luz y otros que lo son durante la noche, es porque sus ritmos circadianos son distintos.Los hallazgos de los investigadores fineses sugirieron que hay poca contribución del cronotipo a la mortalidad. Importante.Pero también encontraron que hay un mayor riesgo de muerte relacionado con ser una persona “claramente nocturna”, que se queda despierta toda la noche y se acuesta más tarde para despertarse tarde.Hábitos como el mayor consumo de tabaco y alcohol son casi inherentes al cronotipo nocturno.
Los resultados de la investigación respecto a los malos hábitos de los que duermen muy tarde
La investigación trabajó con datos de 22.976 hombres y mujeres de 24 años, de 1981 a 2018. Tuvo en cuenta la educación de los participantes, el consumo diario de alcohol, el estado y la cantidad de fumadores, además de la duración del sueño.Los noctámbulos bebían o fumaban más, en comparación con los matutinos. El estudio sugiere que la posibilidad de morir por cualquier causa era un 9% mayor entre los noctámbulos definitivos, en comparación con los que se levantaban temprano.Recalcan los investigadores: “Nuestros resultados sugieren que hay poca o ninguna contribución independiente del cronotipo a la mortalidad. El aumento del riesgo de mortalidad asociado con el vespertino parecería explicarse principalmente por un mayor consumo de tabaco y alcohol que en aquellos con ritmo matutino”.