Los detalles de la historia se mantuvieron bajo el más absoluto de los secretos, pero la breve sinopsis que se conoce desde hace varios años ha seguido siendo la columna vertebral de esta película: una muñeca Barbie es expulsada de Barbieland por no ser lo suficientemente perfecta y se embarca después en una aventura en el mundo real.Un día cualquiera, la colorida vida de Barbie cambia y, de repente, descubre que de su ducha sale agua fría, que no puede volar hasta su descapotable rosa, que se plantea preguntas sobre la muerte y que ya no camina de puntillas.
En cualquier tienda de ropa este verano probablemente se encuentre con una explosión de color rosa.Los conjuntos Barbiecore, centrados en el tono distintivo de la muñeca, están dominando la escena de la moda por segundo año consecutivo, ayudados por el bombardeo publicitario de Mattel Inc. para crear expectación por la película “Barbie” que se estrena en los cines.Hay zapatillas Barbie, mochilas Barbie, bañadores Barbie y camisetas Barbie para perro. Hay botellas de agua con pedrería, patines amarillo neón con ruedas rosas… y mucho más.
“No hay rincón del mundo que no se haya vuelto rosa”, dijo en una entrevista Richard Dickson, presidente y director de Operaciones de Mattel.El diseñador de alta costura Valentino dio el pistoletazo de salida a la reciente ola rosa vistiendo a las modelos de fucsia de pies a cabeza para un desfile en marzo de 2022. Esto hizo que los estilistas de las celebridades se apresuraran a buscar looks en este color imperdible.
Barbie es una de las tres marcas más importantes de Mattel. El fabricante de juguetes registró el término Barbiecore en 2022 y se asoció con empresas como el diseñador Francés de alta gama Balmain, la joyera Kendra Scott y la empresa de ropa de baño Barefoot Dreams.Los esfuerzos se intensificaron en 2023 con más de 100 asociaciones relacionadas con la película. Los artículos disponibles actualmente van desde una camiseta de Barbie de 20 dólares en Old Navy hasta una sudadera de 1.550 dólares con el logotipo de Balmain en el tipo de letra de Barbie.
Mattel también ha colaborado en muchos productos ajenos a la moda, como un flotador de piscina de Funboy perfecto para Instagram y una consola de videojuegos X-box rosa de Microsoft que se coloca dentro de una Barbie Dreamhouse de tres pisos.Los alimentos inspirados en Barbie incluyen un sabor de helado y una hamburguesa con salsa rosa que se vende en Burger King en Brasil.Robbie, que lució tenidas inspiradas en Barbie durante la gira publicitaria de la película, incluso usó maletas rosas en el aeropuerto de Sídney.Barbiecore abarca mucho más que el rosa, afirma Hirsch. “Piensa que más es más en términos de combinaciones de colores: aqua, morados y amarillos”, dijo. Ryan Gosling, que interpreta a Ken, ha lucido trajes en esa paleta de colores.
El frenesí Barbiecore parece estar impulsando el interés por la película “Barbie” de Warner Bros. Las mujeres están preparando trajes inspirados en Barbie para llevar a las proyecciones, y los cines están organizando eventos especiales para atraer a los compradores de entradas.Warehouse Cinemas ha agotado todas las entradas para sus proyecciones del jueves por la noche de “Fiesta en la playa de Malibú”, con cócteles rosas servidos en flotadores de flamencos, dijo el presidente y director ejecutivo Rich Daughtridge.
Los espectadores que lleven una Barbie, o se vistan como Barbie o Ken, recibirán gratis sus palomitas con polvo de fresa y purpurina rosa comestible.Según los analistas, es probable que Barbie supere a su principal competidora en taquilla del fin de semana, el drama de Christopher Nolan “Oppenheimer”, sobre el hombre que estuvo detrás de la fabricación de la bomba atómica.
Los analistas predicen que “Barbie” recaudará entre 80 y 150 millones de dólares en los cines del país entre el viernes y el domingo. La cifra superaría los 55 millones de dólares del pasado fin de semana en Estados Unidos y Canadá de la última película “Misión Imposible” de Tom Cruise.(Reporte de Lisa Richwine en Los Angeles; reporte adicional de Rollo Ross en Los Angeles y Sarah Mills en Londres; Editado en español por Javier López de Lérida)
