El ataque de bandas armadas a la mayor prisión civil de Haití, en la noche del sábado 03 de marzo permitió la fuga de 3,597 presos, de un total de 3.696, lo que supone algo más del 97 % de los reclusos, informaron colectivos de derechos humanos y medios de prensa, que también reportaron el domingo 04 de marzo una decena de reos asesinados.
Aunque no existen cifras oficiales, al menos una quincena de los presos evadidos fueron asesinados, según pudo comprobar la agencia de noticias EFE al contabilizar los cadáveres esparcidos por varios puntos de la capital, como Lalue o Christ Roi, aunque el mayor número de cuerpos, 10, se encontraba en los alrededores de la penitenciaría.
“Se contaron muchos cadáveres de detenidos”, declaró a la AFP Pierre Espérance, director ejecutivo de la Red Nacional de Defensa de los Derechos Humanos (RNDDH), quien explicó que el domingo sólo quedaban en la Penitenciaría Nacional de Puerto Príncipe un centenar de presos de los cerca de 3.800 que había antes del ataque de las bandas armadas. Un periodista de la agencia AFP que visitó la cárcel el domingo por la mañana vio una decena de cadáveres en los alrededores de la prisión.
Una cifra similar de decesos fue informada por el Colectivo de Abogados para la Defensa de los Derechos Humanos (CADDHO).
Cuerpos con impactos de bala
Algunos cuerpos tenían impactos de bala o de proyectiles, constató el reportero, quien pudo entrar al centro penitenciario cuya puerta estaba “abierta” y donde no había “casi nadie”.
Entre la noche del sábado y madrugada del domingo, policías “intentaron repeler un asalto de bandas criminales a la Penitenciaría Nacional y a la cárcel Croix des Bouquets”, indicó el gobierno haitiano en un comunicado.
“El asalto a estos centros carcelarios dejó heridos a varios presos y al personal penitenciario”, añadió.
El gobierno haitiano denunció el “desenfreno de criminales fuertemente armados que quieren a toda costa liberar a personas detenidas, sobre todo por secuestro, asesinato y otros delitos graves, y que no dudan en ejecutar a civiles e incendiar y saquear bienes públicos y privados”.
Uno de los internos que se identificó como Jameson Raphael, de 30 años, narró que “mucha gente murió. Muchos presos murieron incluso en los alrededores de la prisión” a raíz del asalto.
Mercenarios colombianos se quedaron en la prisión
Entre los presos que decidieron no abandonar el recinto carcelario se encuentran los mercenarios colombianos acusados de participar en el asesinato de presidente haitiano, Jovenel Moise, en 2021, quienes ya la pasada noche enviaron mensajes que circularon por redes sociales relatando la angustiosa situación vivida durante el asalto.
Uno de ellos explicó a los medios que accedieron al interior del recinto, entre ellos EFE, por qué no huyó: “No me volé porque no debo nada. Estoy viviendo un karma, solamente Dios sabe lo que estoy viviendo y lo que me ha tocado vivir. No me volé porque no debo nada y aquí estoy dando la cara porque soy inocente, soy inocente ante el ante el mundo, así que no debo nada”.
“Estoy acá en esta prisión, en este momento la prensa puede dar cuenta de cómo es este lugar. Soy inocente, yo a este lugar, Haití, vine con una propuesta de trabajo”, dijo ante los medios Francisco Eladio Uribe, exsoldado de Colombia.
Colombia pidió protección especiales para connacionales
El gobierno de Colombia pidió este domingo a Haití protección especial para esos 17 ciudadanos suyos y le planteó al gobierno que evalúe la posibilidad de trasladarlos a otra cárcel que ofrezca mayor seguridad.
Puerto Príncipe está sometida desde el jueves a violentos ataques de las pandillas que afirman querer la renuncia del primer ministro Ariel Henry, quien se encuentra fuera de la capital, según el diario local Le Nouvelliste.
Las bandas, agrupadas bajo el lema “Vivir juntos”, realizan ataques coordinados en Puerto Príncipe en contra de lugares estratégicos como la cárcel, el aeropuerto internacional y varios edificios policiales.
Desde que comenzaron los disturbios el jueves, al menos cuatro policías han muerto y decenas de personas han resultado heridas en un país sumido en una grave crisis política, de seguridad y humanitaria.