Un hallazgo monumental está reescribiendo la historia de la civilización maya. Un equipo internacional de científicos descubrió en el estado de Tabasco, cerca de la frontera sureste de México, el que podría ser el mayor monumento ceremonial de toda Mesoamérica: Aguada Fénix, una gigantesca estructura en forma de cosmograma donde los antiguos mayas representaron el orden del universo.
El estudio, publicado este miércoles 5 de noviembre de 2025 en la revista Science Advances, detalla que el sitio mide 1.5 kilómetros de largo por casi medio kilómetro de ancho, con una altura de hasta 1.5 metros, y data del año 1000 a.C., lo que lo convierte en una de las construcciones más antiguas y sorprendentes del continente.
Un “Big Bang” en la historia maya
“Nuestro descubrimiento implica que a principios del año 1000 a. C. hubo una especie de ‘big bang’ de construcción maya del que realmente no sabíamos nada hasta ahora”, explicó Takeshi Inomata, investigador de la Universidad de Arizona y autor principal del estudio.
Los investigadores detectaron por primera vez Aguada Fénix en 2017, gracias a la tecnología LIDAR, que utiliza rayos láser desde el aire para escanear estructuras ocultas bajo la vegetación. Posteriormente, excavaciones en el sitio revelaron un foso en forma de cruz repleto de artefactos ceremoniales, la prueba más clara hasta la fecha de que se trataba de un cosmograma, un mapa simbólico del universo.

Pigmentos sagrados y ofrendas de jade
Entre los hallazgos destacan hachas ceremoniales y adornos de jade tallados con figuras de animales y seres humanos, incluyendo lo que los investigadores interpretan como una mujer dando a luz, símbolo de creación y renacimiento.
También descubrieron pigmentos minerales azules, verdes y amarillentos colocados estratégicamente según los puntos cardinales, algo nunca visto antes en excavaciones mayas. “Es la primera vez que encontramos estos pigmentos asociados a cada punto cardinal. Es muy emocionante”, dijo Inomata.
El material orgánico recuperado permitió fechar las ofrendas entre 900 y 845 a.C., lo que confirma la antigüedad del complejo y su uso continuado durante siglos.
Una ciudad sin reyes, guiada por intelectuales
A diferencia de otras ciudades mayas como Tikal o Teotihuacán, Aguada Fénix no muestra evidencias de haber sido gobernada por reyes o élites dominantes.
Los investigadores creen que el proyecto fue liderado por una sociedad de intelectuales y observadores astronómicos, capaces de planificar su construcción y orientar el complejo con precisión milimétrica respecto a la salida del sol los días 17 de octubre y 24 de febrero, fechas que dividen en dos el ciclo ritual mesoamericano de 260 días.

“La gente tiene la idea de que las grandes construcciones solo fueron posibles bajo reyes poderosos, pero Aguada Fénix demuestra que las comunidades igualitarias también podían lograr hazañas monumentales”, concluyó Inomata.
Un nuevo mapa del mundo maya
En los alrededores de Aguada Fénix se han identificado casi 500 yacimientos similares, aunque más pequeños, lo que sugiere que la región fue un centro neurálgico de la civilización maya temprana.
El descubrimiento, acompañado por una compleja red de calzadas, canales y presas alineadas con la trayectoria solar, ofrece una visión sin precedentes de los primeros rituales mesoamericanos y del pensamiento simbólico de una cultura que, mucho antes de levantar sus pirámides, ya había aprendido a construir el cosmos en la tierra.
Con información de Science Advances y DW












