La Organización Mundial de la Salud ha lanzado una alerta epidemiológica, advirtiendo sobre el resurgimiento del sarampión en varios países alrededor del mundo. Lo que antes parecía ser una enfermedad casi erradicada, ahora está generando preocupación debido a la aparición de brotes en distintas regiones, incluyendo México, Perú, Estados Unidos, España y muchos otros lugares.
El sarampión, una de las enfermedades más contagiosas conocidas por la humanidad, ha vuelto a escena, desafiando los esfuerzos previos de control y erradicación. La pregunta que surge es ¿cómo ha sido posible este regreso, y qué medidas podemos tomar para enfrentarlo?
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la principal razón detrás de este resurgimiento es la persistencia de bajas tasas de vacunación contra el sarampión, la rubéola y la parotiditis en muchas comunidades. Aunque estas vacunas solían ser parte del esquema de vacunación infantil estándar, en algunos lugares se ha observado una disminución en la cobertura de vacunación en los últimos años.
La Dra. Patricia Valenzuela, experta en infectología, explica que la erradicación de enfermedades depende tanto de la disponibilidad de vacunas eficaces como de la comprensión del reservorio del patógeno. En el caso del sarampión, se trata de un virus altamente contagioso que se propaga a través de las secreciones respiratorias de personas infectadas.
Con un índice de contagio tan elevado, es crucial mantener altos niveles de vacunación para prevenir su propagación. La vacunación masiva, con una cobertura del 95% o más, no solo protege a los individuos vacunados, sino que también contribuye a establecer la llamada “inmunidad de rebaño”, protegiendo a aquellos que no pueden recibir la vacuna, como los bebés menores de cierta edad.
Sin embargo, el resurgimiento del sarampión también ha sido influenciado por movimientos antivacunas, que han sembrado dudas sobre la seguridad y eficacia de las vacunas en general. Esta falta de confianza ha llevado a una disminución en las tasas de vacunación en algunas comunidades, lo que ha creado un terreno fértil para la propagación de enfermedades prevenibles.
Además del sarampión, otras enfermedades transmitidas por vectores, como el dengue y la fiebre amarilla, también están experimentando brotes en diversas partes del mundo. El control de los vectores, así como la vigilancia epidemiológica y una respuesta rápida ante los brotes, son cruciales para contener la propagación de estas enfermedades.
El resurgimiento del sarampión es un recordatorio de la importancia de la vacunación y la vigilancia continua en la prevención de enfermedades. Es fundamental que tanto los individuos como las autoridades de salud pública trabajen juntos para garantizar altos niveles de vacunación y adoptar medidas de control efectivas para proteger a nuestras comunidades contra estas amenazas para la salud pública.