Una marea azul tomó las calles del centro angelino este lunes 03 de noviembre de 2025. Entre confeti, cánticos y euforia total, los Dodgers celebraron su título de Serie Mundial 2025, el tercero en los últimos seis años, con un desfile monumental que culminó en el Dodger Stadium ante más de 52 mil aficionados.
Fue la fiesta que soñó el presidente de operaciones, Andrew Friedman, desde aquel último out. “La alegría de lograrlo es especial, pero el desfile… eso es lo que siempre me ha motivado a querer ganar”, confesó, mientras el público rugía a su alrededor.
El desfile, que recorrió las principales avenidas del centro de Los Ángeles, contó con los jugadores montados en autobuses de dos pisos y una multitud que, según Clayton Kershaw, parecía infinita.
“Parecía que había millones de aficionados llenando las calles. Es el cierre perfecto para mi carrera”, dijo emocionado el veterano, quien se despidió campeón tras 18 temporadas.
Ya en el estadio, el ambiente alcanzó su punto máximo. DJ Mustard encendió el lugar con “Not Like Us” de Kendrick Lamar mientras Ice Cube apareció en un auto clásico para entregar el Trofeo del Comisionado sobre el escenario principal.
El público estalló cuando Shohei Ohtani, el fenómeno japonés que ya acumula dos anillos en dos años con el equipo, lanzó un reto directo:
“Ya estoy pensando en la tercera vez que vamos a hacer esto”, dijo a través de su intérprete, provocando un rugido ensordecedor entre los fanáticos.
Los héroes del Juego 7 también tuvieron su momento. Miguel Rojas celebró al cumpleañero Roki Sasaki con un “¡Báilalo, Rocky!”, mientras el MVP de la Serie Mundial, Yoshinobu Yamamoto, arrancó una ovación con una frase corta pero demoledora:
“¿Saben qué? Perder no es una opción.”
La noche cerró con lágrimas. Kershaw, ídolo eterno, tomó el micrófono con la voz entrecortada.
“Sé que el próximo año van a conseguir otro más… y lo voy a ver, igual que todos ustedes”, dijo antes de despedirse entre aplausos interminables.
Con un desfile histórico y un equipo hambriento de más gloria, los Dodgers no sólo celebran el presente: ya piensan en el tricampeonato.
