¿Se imaginan asistir a la formación de la Tierra? ¿O de alguno de los planetas que estudiamos por años en la escuela? Podría parecerse a lo que experimentan los científicos que han captado las imágenes que encabezan esta nota.
La image de la izquierda, tomada con el Very Large Telescope (VLT) del Observatorio Europeo Austral (ESO), muestra un posible planeta naciendo alrededor de la joven estrella HD 135344B. La imagen fue capturada con un nuevo instrumento del VLT: el Enhanced Resolution Imager and Spectrograph (ERIS). El círculo negro central corresponde a un coronógrafo, un dispositivo que bloquea la luz de la estrella para revelar detalles tenues a su alrededor. El círculo blanco indica la ubicación del planeta.
La imagen de la derecha es una combinación de observaciones previas con el instrumento de Investigación Espectropolarimétrica de Exoplanetas de Alto Contraste SPHERE, instalado también en el VLT (rojo), y el Atacama Large Millimeter/submillimeter Array (ALMA, naranja y azul).
“Nunca seremos testigos de la formación de la Tierra, pero aquí, alrededor de una estrella joven a 440 años luz de distancia, podríamos estar viendo la formación de un planeta en tiempo real”, celebró Francesco Maio, investigador doctoral de la Universidad de Florencia, Italia, y autor principal del estudio “Desvelando un candidato a protoplaneta incrustado en el disco HD 135344B con VLT/ERIS2”, publicado en Astronomy & Astrophysics y reseñado por un comunicado del ESO.
Imagen única de un “planeta bebé” incrustado en su disco protoplanetario
Utilizando Very Large Telescope (VLT) del ESO, astrónomos de universidades y centros de investigación de Italia, Alemania y Chile observaron un disco protoplanetario con prominentes brazos espirales, e identificaron indicios claros de un planeta enclavado en sus regiones internas.
El posible planeta en formación se detectó alrededor de la estrella HD 135344B, rodeada por un disco de polvo y gas con prominentes brazos espirales, el llamado disco protoplanetario. La teoría predice que los planetas pueden esculpir brazos espirales como estos, y el nuevo candidato a planeta se encuentra en la base de uno de los brazos, tal como se esperaba, explica el comunicado del ESO.
Se estima que este planeta en ciernes tiene el doble del tamaño de Júpiter, está tan alejado de su estrella anfitriona como Neptuno del Sol, y ha sido observado moldeando su entorno dentro del disco protoplanetario, a medida que se transforma en un planeta completamente formado. Es la primera vez que los astrónomos detectan un candidato a planeta incrustado en la espiral de un disco protoplanetario.
“Observamos su propia luz”
“Lo que convierte esta detección en un potencial punto de inflexión es que, a diferencia de muchas observaciones previas, podemos detectar directamente la señal del protoplaneta, que aún se encuentra profundamente incrustado en el disco”, afirmó Maio, quien trabaja en el Observatorio Astrofísico de Arcetri, un centro del Instituto Nacional de Astrofísica de Italia (INAF). “Esto nos da un nivel de confianza mucho mayor en la existencia del planeta, ya que observamos su propia luz”, explicó.

Se han observado discos protoplanetarios alrededor de otras estrellas jóvenes, y a menudo presentan patrones intrincados, como anillos, huecos o espirales. Los astrónomos suponen hace tiempo que estas estructuras son causadas por planetas jóvenes, que absorben material al orbitar alrededor de su estrella madre. Pero, hasta ahora, no habían descubierto a uno de estos escultores planetarios en plena acción.
Brazos espirales giratorios
En el caso del disco de HD 135344B, otro equipo de astrónomos había detectado previamente brazos espirales giratorios utilizando SPHERE. Sin embargo, ninguna de las observaciones previas de este sistema halló evidencia de la formación de un planeta dentro del disco.
Ahora, gracias a las observaciones del nuevo Generador de Imágenes y Espectrógrafo de Resolución Mejorada (ERIS) del VLT, los investigadores afirman haber encontrado y capturado imágenes del momento único que buscaban.
Gracias al Observatorio Europeo Austral (ESO)
El Observatorio Europeo Austral (ESO) permite a científicos de todo el mundo explorar los secretos del Universo. Fundado como organización intergubernamental en 1962, ESO da cuenta hoy del apoyo de 16 Estados miembros: Alemania, Austria, Bélgica, Dinamarca, España, Finlandia, Francia, Irlanda, Italia, Países Bajos, Polonia, Portugal, Reino Unido, Chequia, Suecia y Suiza. Además de contar con el Estado anfitrión, Chile, y con Australia como Socio Estratégico.
La sede de ESO y su centro de visitantes y planetario, ESO Supernova, se encuentran cerca de Múnich, en Alemania, mientras que el desierto chileno de Atacama, con condiciones únicas para observar el cielo, alberga sus telescopios.
Con información de Astronomy & Astrophysics y ESO