Tizimin.- La práctica del buceo en mar abierto, aunque apasionante, implica riesgos fisiológicos importantes que deben ser atendidos con medidas especializadas. Uno de los métodos más efectivos para preservar la salud de los buzos es el uso de cámaras hiperbáricas, equipos médicos que pueden marcar la diferencia entre una recuperación completa y complicaciones severas.
Las cámaras hiperbáricas funcionan administrando oxígeno puro al 100% a una presión mayor a la atmosférica, lo que permite aumentar significativamente la cantidad de oxígeno disuelto en la sangre. Este procedimiento no solo es seguro, sino altamente beneficioso para quienes se sumergen a grandes profundidades.
¿Por qué es importante para los buzos?
El cuerpo humano, al ascender de una inmersión profunda, puede experimentar una condición conocida como enfermedad por descompresión, también llamada “mal del buzo”. Esta ocurre cuando los gases que se disuelven en el cuerpo por la presión —principalmente nitrógeno— forman burbujas al disminuir rápidamente la presión durante el ascenso. Dichas burbujas pueden provocar dolor articular, daño neurológico e incluso riesgo de muerte.
Las cámaras hiperbáricas permiten recomprimir al paciente de manera controlada, ayudando a disolver las burbujas de gas en el cuerpo y facilitando su eliminación segura por medio de la respiración. Además, el oxígeno hiperbárico reduce la inflamación, mejora la oxigenación de tejidos dañados y acelera la recuperación.

Beneficios adicionales del tratamiento hiperbárico:
Mejora la circulación y oxigenación a nivel celular.
Acelera la recuperación de lesiones musculares o heridas.
Disminuye los síntomas neurológicos asociados a la descompresión.
Potencia el sistema inmunológico.
Reduce la fatiga crónica tras buceos prolongados.
Prevención y salud integral
Expertos en medicina del buceo recomiendan que los buzos profesionales o recreativos que realizan inmersiones frecuentes acudan periódicamente a sesiones hiperbáricas, incluso si no presentan síntomas. Estas sesiones pueden actuar de forma preventiva y asegurar una mejor condición física a largo plazo.
En zonas costeras de México como Quintana Roo, Yucatán, Baja California o Veracruz, existen clínicas y centros especializados con cámaras hiperbáricas disponibles para atender tanto emergencias como tratamientos programados.