El presidente de Estados Unidos hizo un llamado a la calma tras la quiebra del Silicon Valley Bank y aseguró que los clientes tendrán acceso a sus depósitos “cuando los necesiten”.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, mandó este lunes 13 de marzo de 2023 un mensaje de tranquilidad a los estadounidenses al recalcar que el sistema bancario del país “es seguro”, y aseguró que los clientes de los bancos Silicon Valley Bank (SVB, especializado en el sector tecnológico) y Signature Bank tendrán sus depósitos disponibles “cuando los necesiten”.
Según el mandatario, el gobierno hará lo posible para que los ahorristas recuperen su dinero y, en cualquier caso, “los contribuyentes no se harán cargo de las pérdidas”. “El dinero procederá de las cuotas que los bancos pagan por el seguro de depósitos”, afirmó, durante una breve intervención ante los medios, un día después de que los órganos reguladores lanzaran un plan para proteger los depósitos del SVB (que colapsó) y del Signature Bank.
Tras garantizar que “en mi Administración nada ni nadie está por encima de la ley”, agregó que pedirá “al Congreso y a los reguladores bancarios que refuercen las reglas para los bancos, de modo que sea más improbable que se repita este tipo de quiebra bancaria”. También aseguró que “la dirección de estos bancos será despedida”.
“Así funciona el capitalismo”
En su declaración, Biden adelantó que, tal y como habían apuntado los reguladores la víspera, los accionistas no estarán protegidos. “Si la Corporación Federal de Seguro de Depósitos (FDIC) se hace cargo del banco, las personas que lo administran ya no deberían trabajar allí. Los inversionistas no estarán protegidos. Se arriesgaron a sabiendas y cuando el riesgo falla los inversores pierden su dinero. Así es como funciona el capitalismo”, dijo.
El presidente de Estados Unidos intenta con este mensaje reforzar la confianza de los inversionistas, el único baluarte contra un contagio a gran escala tras la quiebra del SVB. El banco, con sede en California, había anunciado el miércoles que iba a buscar una ampliación de capital para tratar de hacer frente a dificultades financieras que le habían llevado a deshacerse de inversiones por valor de unos 21.000 millones de dólares, con una pérdida de unos 1.800 millones.
Ese anuncio llevó a muchos clientes a retirar sus fondos, tras lo que los reguladores tuvieron que cerrar el banco el viernes por falta de liquidez. Posteriormente se hundió la cotización bursátil de la compañía, lo que a su vez afectó al sector bancario en Estados Unidos y otros países.
Nerviosismo y mala comunicación hundieron al Banco
Es cierto que Silicon Valley Bank, o como lo llamaban los expertos en el sector, el SVB era una institución de Silicon Valley, y que tenía como clientes a muchas de las empresas emergentes y firmas de inversión más conocidas de la industria de la tecnología. También es verdad que el fracaso del banco tendrá un efecto multiplicador en todo el sector tecnológico a corto plazo porque las empresas que tenían su dinero depositado ahí batallarán para retirar sus fondos y pagar sus nóminas.
Al final, lo que contribuyó al derrumbe de Silicon Valley Bank no fueron los préstamos a empresas emergentes riesgosas, ni las apuestas por criptomonedas poco confiables, ni cualquier otro esquema tecnológico poco meditado. Fue un clásico pánico bancario (también conocido como corrida bancaria), detonado ya en 2021 por una serie de clásicas malas decisiones.
Ese año, el mercado de valores estaba en auge, las tasas de interés eran de casi cero y el dinero fluía en el sector tecnológico. Muchas empresas emergentes depositaron sus fondos en Silicon Valley Bank, y el banco, a su vez, tomó los fondos y los invirtió, entre otras cosas, en un montón de bonos a largo plazo. En ese entonces, esas inversiones parecían relativamente seguras, pero se volvieron más riesgosas el año pasado, cuando las tasas de interés ascendieron y los bonos perdieron parte de su valor. Este año, cuando la inversión en tecnología se desaceleró y las empresas emergentes buscaron retirar efectivo del banco para pagar sus gastos, Silicon Valley Bank se vio en la necesidad de vender algunos de sus bonos con pérdidas y buscar capital nuevo para cumplir sus obligaciones.
El banco podría haber sobrevivido a todo esto, pero cuando les explicó a sus clientes (de mala manera) lo que había ocurrido, a algunos les preocupó que el banco estuviera en problemas. Los inversionistas de capital de riesgo se espantaron y les dijeron a las empresas emergentes de su portafolio que retiraran todos los fondos que habían depositado en SVB. Otros clientes vieron eso y también se asustaron, ¡y listo! Pánico bancario.
Tal vez esa es la única moraleja de la historia de Silicon Valley Bank: si eres un banco y muchos de tus clientes son empresas emergentes tecnológicas cuya capacidad para financiarse fluctúa cuando las tasas de interés están al alza, no inviertas sus depósitos en bonos a largo plazo que perderán su valor si las tasas de interés se elevan. Con información del The New York Times