Los chimpancés salvajes consumen alcohol de manera habitual sin ser conscientes de ello. Así lo demuestra un estudio internacional publicado en la revista Science Advances, que revela que estos primates ingieren, a través de la fruta fermentada, el equivalente a casi dos bebidas alcohólicas estándar diarias.
La investigación, liderada por la Universidad de California en Berkeley, se realizó en comunidades de chimpancés en Uganda y Costa de Marfil. Los científicos midieron la concentración de etanol en 21 tipos de fruta, encontrando niveles de alrededor de 0,3 % de alcohol en los higos y otras frutas maduras que forman parte de su dieta.
Dado que los chimpancés suelen comer hasta 4,5 kilos de fruta al día, se estima que ingieren unos 14 gramos de etanol puro, ajustado a su peso corporal, lo que equivale a casi dos copas diarias para un humano promedio.
Aunque los animales no muestran signos de embriaguez, esta ingesta constante respalda la hipótesis del “mono borracho”, planteada en 2016 por Robert Dudley, coautor del estudio. Según esta teoría, la atracción humana por el alcohol provendría de un rasgo evolutivo heredado de los primeros homínidos, quienes también estaban expuestos a frutas fermentadas en su dieta.
Los investigadores señalan que el etanol, además de aportar energía, podría jugar un papel en la socialización de los chimpancés y, por extensión, en el origen de la relación del ser humano con las bebidas alcohólicas.
En conclusión, los chimpancés no se emborrachan, pero su dieta demuestra que el consumo de alcohol tiene raíces mucho más antiguas de lo que se pensaba: está literalmente en nuestra evolución.
Con información de efe, Science Advances, National Geographic