El visitante interestelar más grande jamás detectado en el sistema solar acaba de hacer algo que nadie esperaba: su cola cambió de dirección. Y eso ha encendido tanto la curiosidad científica… como la imaginación.
🔭 Un cometa que no deja de sorprender
Desde su hallazgo el 1 de julio de 2025, el cometa 3I/ATLAS ha captado la atención mundial. Detectado por el sistema ATLAS (Asteroid Terrestrial-impact Last Alert System), este es apenas el tercer objeto interestelar observado en nuestra historia, después de ‘Oumuamua (2017) y 2I/Borisov (2019).
Pero hay algo que lo hace aún más especial: con un diámetro estimado entre 5 y 11 kilómetros, es también el más grande de los tres, según datos de Live Science.
🌌 La extraña “anticola” que apuntaba al Sol
En julio y agosto, astrónomos de todo el mundo notaron algo inusual: el cometa mostraba una cola al revés, apuntando hacia el Sol en lugar de alejarse de él.
Este fenómeno, conocido como anticola, no encaja con el comportamiento normal de los cometas, cuyas colas se forman cuando los gases son empujados por el viento solar en dirección opuesta a la estrella.
Incluso el róver Perseverance, desde Marte, captó una imagen que podría mostrar el rastro luminoso del cometa, aumentando el misterio.
Aunque algunos expertos creen que podría tratarse de una ilusión óptica, un estudio de Avi Loeb y Eric Keto publicado en septiembre sugiere que la orientación es real.
🔁 De “cola invertida” a cola convencional
Lo más sorprendente llegó en septiembre: nuevas observaciones revelaron que 3I/ATLAS invirtió su cola, pasando de
hacia el Sol a extenderse en la dirección contraria, como cualquier cometa tradicional
Según los astrónomos David Jewitt y Jane Luu, esta transformación puede deberse a la presión de radiación solar que reorganizó el polvo y el gas expulsado por el núcleo.
Los datos del telescopio James Webb indican que el dióxido de carbono sería el principal responsable de los chorros de gas que impulsan esta metamorfosis, un proceso natural pero fascinante de observar en tiempo real.
☀️ Rumbo al Sol (y perdiendo masa en el camino)
3I/ATLAS se acerca a su perihelio, el punto más cercano al Sol, el 29 de octubre.
En su trayecto, ya habría perdido más de 2 millones de toneladas de masa, aunque eso representa apenas una fracción mínima de su gigantesco tamaño total —unos 33 mil millones de toneladas.
El telescopio Hubble lo ha retratado como un brillante capullo azulado, mientras observatorios de Canarias y Hawái siguen su evolución casi a diario.
👽 ¿Cometa natural o “nave interestelar”?
Como era de esperarse, las teorías más audaces no tardaron en aparecer.
El astrofísico Avi Loeb, famoso por sugerir que ‘Oumuamua podría haber sido una sonda artificial, plantea que este cambio de cola podría ser una “tecnosignatura”, es decir, una maniobra controlada.
Sin embargo, la mayoría de la comunidad científica mantiene los pies en la Tierra (o en el espacio): todo indica que 3I/ATLAS es un cometa natural con un comportamiento extremo, pero explicable.

🌠 Lo que viene
En noviembre y diciembre, el cometa volverá a ser visible desde la Tierra, ofreciendo nuevas oportunidades de observación.
Los astrónomos esperan que sus próximos movimientos aclaren —o tal vez profundicen— el misterio de este viajero interestelar que desafía las reglas del cosmos.












