A nivel global, el Día Mundial de la Lucha contra el Cáncer de Mama se conmemora este 19 de octubre, y se realiza con el propósito de incentivar la detección precoz de esta enfermedad, la más común entre las mujeres según la Organización Mundial de la Salud (OMS). La enfermedad, que afecta a 1 de cada 12 mujeres a nivel global, es a menudo detectada tardíamente, lo que aumenta el riesgo y la severidad del diagnóstico.
El cáncer de mama es una enfermedad en la cual las células mamarias se multiplican de forma descontrolada. Aunque no hay una edad específica para desarrollarlo, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) señalan que mujeres de 50 años o más tienen mayor riesgo. Además de la edad, hay otros factores de riesgo que incluyen mutaciones genéticas, antecedentes familiares y tratamientos previos con radioterapia.
Los síntomas más comunes incluyen la aparición de un bulto en la mama o axila, irritación o cambios en la piel mamaria, enrojecimiento en el pezón, secreción que no sea leche, entre otros.
Detección temprana es la clave
La detección temprana a través de exámenes rutinarios y mamografías puede marcar la diferencia en la eficacia del tratamiento y en las tasas de supervivencia. Por eso, en este día, se recuerda a todas las mujeres la importancia de conocer sus cuerpos, estar alerta a los cambios y consultar regularmente con profesionales de salud.
Según la OMS el cáncer de mama puede comenzar en distintas partes de los senos. Las mamas constan de tres partes principales: lobulillos, conductos y tejido conectivo. Los lobulillos son las glándulas en donde se produce la leche. Los conductos son los tubos en los que se transporta la leche al pezón. Y el tejido conectivo (formado por tejido fibroso y adiposo) rodea y sostiene a la mama en su totalidad. La mayoría de los cánceres de mama inician en los conductos o en los lobulillos.