La talentosa diseñadora mexicana Lydia Lavín presentó el martes 17 de enero su colección primavera verano La finca con diseños realizados con la fibra natural de la planta prehispánica del henequén y bordados mayas, un acto que inauguró la plataforma Intermoda en Guadalajara. El henequén es una especie de planta del género de los agaves, esta planta es originaria de estado de Yucatán en México, lugar donde fue cultivada por los mayas en la época prehispánica, quienes la llamaban “Ki” en lengua maya, fue domesticado en la época debido a la utilidad de sus fibras, especialmente para la fabricación de sogas y cordeles. Aun después de la conquista su producción y explotación fue tan fructífera que se convirtió en importante agroindustria, y los productos derivados del henequén comenzaron a venderse a lugares cada vez más lejanos hasta llegar a los mercados Estadounidenses y Europeos.
Las prendas exaltan la mexicanidad y la belleza de las artesanías del sureste del país y ponen en relieve la importancia de los diseños perdurables y de alta costura frente a un mundo que prefiere la llamada “fast fashion”, dijo a EFE la diseñadora. “Ahorita el tema de la globalización (en la moda) que viene en decadencia en el sentido de la moda rápida, (hacer estos diseños) son factores importantes, la gente quiere saber quién hizo su prenda, qué historia tiene, a quien están ayudando y que no estás contaminando y estamos conectados con eso”, expuso en una entrevista.
Los sacos, accesorios y zapatos de la colección se elaboraron con henequén, un agave considerado el “oro verde mexicano” cuya fibra se usaba en las comunidades mayas prehispánicas y quedó como un elemento que dio identidad al estado de Yucatán, donde se emplea en prendas y tradicionales hamacas. Para ello, colaboraron con una hacienda que produce y exporta henequén desde el siglo XIX para rescatar el trabajo de esta planta desde su siembra hasta su transformación en hilos y cuerdas.
Su producción no es costosa, y es aprovechada integralmente, debido a sus múltiples usos. El principal consumo es industrial, en la fabricación de cuerdas, sogas, sacos, hilos, etc. También se utiliza para la elaboración de artesanías como alfombras, tapices, tapetes y hamacas. A partir de él se pueden también elaborar bebidas alcohólica
Lavín trabajó de la mano con 160 artesanas del pueblo yucateco de Maní que realizaron los bordados que embellecen blusas, faldas, vestidos, trajes de baño, capas (chal) y sacos con técnicas ancestrales combinados con elementos más modernos como el hilo de oro, la chaquira y la lentejuela. “Es contar un poco acerca de México, invitar a la gente a visitar Yucatán, pero también a comprar el producto mexicano del que hay atrás muchas manos artesanales que hacen que haya este trabajo”, indicó la diseñadora.
Lavín, quien ha rescatado bordados de otras regiones mexicanas, diseñó las prendas inspiradas en la vida cotidiana de las trabajadoras de las haciendas henequeneras en el siglo XIX y XX y en las prendas que usaban para realizar su labor.MLa colección resalta los colores crudos combinándolos con azules, negros, verdes y rojos en piezas amplias y frescas con escotes y cuellos Bardot que dejan los hombros al descubierto.
Del 17 al 20 de enero, en su edición 78, Intermoda reúne a 600 expositores y 21 mil compradores dedicados a la industria de la moda de 18 países en un espacio de 43 mil metros cuadrados y 13 pabellones especializados. El programa incluye pasarelas de diseñadores mexicanos y extranjeros así como conferencias con especialistas.