La NBA enfrenta una nueva tormenta. Tras los recientes arrestos de un jugador y un entrenador implicados en presuntas apuestas ilegales, la liga anunció una revisión profunda de sus políticas sobre juegos de azar para proteger la integridad del baloncesto profesional y la confianza de los aficionados.
La NBA en alerta máxima
En un memorando enviado a los 30 equipos, el departamento legal de la NBA reconoció que este es un “momento oportuno para reevaluar cuidadosamente cómo deben regularse las apuestas deportivas y cómo las ligas pueden protegerse mejor a sí mismas, a sus jugadores y a los fanáticos”.
La decisión llega después de que Terry Rozier, base del Miami Heat, y Damon Jones, exjugador y exentrenador asistente de los Cleveland Cavaliers, fueran acusados de participar en una red de apuestas ilegales. Según la investigación federal, ambos habrían compartido información no pública sobre partidos y desempeños individuales para beneficiar a socios vinculados con el crimen organizado.
Los nombres que cimbran a la liga
Rozier presuntamente manipuló su desempeño estadístico en un partido en el que abandonó la cancha alegando una “supuesta lesión”, con el fin de alterar el resultado de apuestas sobre su rendimiento.
Por su parte, Chauncey Billups, entrenador en jefe de los Portland Trail Blazers, fue acusado en un caso separado relacionado con juegos de póker de alto riesgo. Su abogado negó cualquier vínculo con apuestas deportivas:
“Chauncey Billups nunca ha apostado ni apostará en partidos de baloncesto”, afirmó en un comunicado.
El abogado de Rozier también defendió a su cliente, señalando que ya había sido absuelto por la NBA y que la fiscalía “reabre un caso sin fundamento”.
La delgada línea entre el deporte y las apuestas
Los casos han encendido las alarmas dentro de la NBA y otras ligas estadounidenses, que mantienen relaciones comerciales cada vez más estrechas con las casas de apuestas desde que en 2018 la Corte Suprema permitió su legalización en la mayoría de los estados.
El propio memorando interno advierte sobre los peligros de las apuestas individuales a desempeño de jugadores, conocidas como “props bets”:
“Las apuestas sobre el rendimiento de jugadores implican mayores preocupaciones en materia de integridad y requieren un escrutinio adicional”.
Un problema creciente en el deporte profesional
Este nuevo episodio recuerda el caso de Jontay Porter, expulsado de la NBA de por vida en 2024 tras admitir que manipuló su rendimiento para beneficiar a apostadores.
La liga reiteró que reforzará los programas educativos y los mecanismos de monitoreo para proteger la integridad del juego, en un entorno donde las apuestas ya forman parte del día a día de los aficionados y las transmisiones deportivas.
“Los jugadores y entrenadores deben ser plenamente conscientes de los graves riesgos que las apuestas pueden imponer a sus carreras y medios de vida”, concluye el comunicado.












