Mientras Joël Lapointe organizaba una acampada en la región de Côte-Nord, Quebec (Canadá), usando Google Maps, descubrió una formación inusual que llamó su atención. Lo que en un principio parecía una simple curiosidad geográfica, pronto despertó el interés de la ciencia: podría tratarse del cráter dejado por un antiguo meteorito. La estructura, de unos 15 kilómetros de diámetro, destaca por su forma peculiar y se encuentra alrededor del lago Marsal, a unos 100 kilómetros al norte de Magpie.
Un ojo agudo y una estructura sospechosa
Intrigado tras notar un anillo de pequeñas montañas alrededor del lago, Lapointe, contactó a Pierre Rochette, geofísico del Centre de recherche en géosciences de l’environnement (CEREGE) en Francia, para investigar más sobre esta peculiaridad geográfica. Rochette y su equipo, al examinar más de cerca el terreno y las muestras del sitio, se encontraron con indicios de silicatos, abundante magnetita, sulfuros y circones, elementos que son típicos de rocas afectadas por las altas temperaturas de impactos de meteoritos.
“Si nos fijamos en la topografía, es muy probable que se deba a un impacto”, declaró Rochette al canal de noticias canadiense CBC.
El análisis preliminar y la erosión del terreno sugieren que el impacto podría haber ocurrido entre 450 y 38 millones de años atrás. Mientras los análisis son alentadores, el equipo de Rochette considera que aún no son concluyentes, pero el sitio tiene el potencial de convertirse en el undécimo cráter de impacto confirmado en Quebec.
“Basándose en las pruebas preliminares ya disponibles, el lago Marsal parece ser un serio candidato a convertirse en la undécima estructura de impacto confirmada de Quebec”, escribió el equipo en un artículo reciente, según recogió IFL Science.
Este lugar, denominado brecha Marsal, fue previamente interpretado como una formación volcánica. Sin embargo, la ausencia de actividad magmática post-grenvilliana en la zona y la presencia de rocas fundidas similares a las encontradas en otros cráteres conocidos, como Mistastin y Janisjarvi, apoyan la nueva hipótesis de impacto.
A pesar de que no se detectaron anomalías gravitatorias significativas, el equipo cree que los datos existentes aún no son suficientes para descartar completamente esta posibilidad y se requieren investigaciones adicionales.
El próximo paso
Gordon Osinski, profesor de Ciencias de la Tierra de la Western University, advierte que no todos los hallazgos circulares en Google Earth resultan ser cráteres. Sin embargo, considera que este descubrimiento es lo suficientemente prometedor como para justificar una investigación más profunda.
El equipo espera organizar una expedición al remoto lugar en 2025. Durante la visita, buscarán pruebas concluyentes como conos de fragmentación, que Osinski describe como “pruebas inequívocas del impacto de un meteorito”.
Con 31 de los casi 200 cráteres de impacto confirmados en el mundo, Canadá, y especialmente Quebec, parece ser un foco para estos vestigios cósmicos. Y aunque muchas veces estas estructuras halladas en Google Earth no resultan ser cráteres, este particular hallazgo en Quebec promete ser una excepción notable.
Con información de CBC e IFL Science