Todos tenemos ganas de vacaciones. Evidentemente a todo el mundo le apetece dejar de madrugar, al menos por obligación, tener más tiempo libre para hacer lo que nos gusta y tener la sensación de que hemos aprovechado mucho más los días que cuando los pasamos casi por completo en la oficina. Pero las vacaciones no son solo un capricho, sino que son realmente una necesidad, no solo para la productividad, sino también para nuestro bienestar físico y mental.
Pareciera una fantasía que los jefes cerrarán algunos días su empresa para invitar a sus trabajadores a un lujoso Resort con todo pagado; sin embargo, ese sueño se convirtió en realidad para los empleados de una compañía en Malasia, cuyo jefe los sorprendió con cinco días de lujosas vacaciones como forma de agradecimiento por su esfuerzo y dedicación en la compañía. Khairul Aming se convirtió en el “mejor jefe del mundo” por llevar a sus 60 empleados a unas lujosas vacaciones. El empresario y dueño de dos fábricas de alimentos en Kelantan, Malasia, decidió agradecer el esfuerzo de cada uno de sus trabajadores por los grandes resultados que presentaron, por lo que determinó solventar los gastos del “all inclusive” en Langkawi.
Pareciera una fantasía que los jefes cerrarán algunos días su empresa para invitar a sus trabajadores a un lujoso Resort con todo pagado; sin embargo, ese sueño se convirtió en realidad para los empleados de una compañía en Malasia, cuyo jefe los sorprendió con cinco días de lujosas vacaciones como forma de agradecimiento por su esfuerzo y dedicación en la compañía. Khairul Aming se convirtió en el “mejor jefe del mundo” por llevar a sus 60 empleados a unas lujosas vacaciones. El empresario y dueño de dos fábricas de alimentos en Kelantan, Malasia, decidió agradecer el esfuerzo de cada uno de sus trabajadores por los grandes resultados que presentaron, por lo que determinó solventar los gastos del “all inclusive” en Langkawi.
Fueron 60 empleados los afortunados que tuvieron la oportunidad de hospedarse en un lujoso Resort, viajar en yate privado y tener una elegante cena para disfrutar entre amigos el éxito de la compañía. “Al día siguiente, les di una sorpresa y los invité a un crucero en yate privado para ver la puesta de sol. El crucero era exclusivo, sólo para ellos y no incluía público. Disfrutaron del atardecer mientras nadaban en el mar”, detalló el empresario. Khairul Aming aseguró que todos sus trabajadores quedaron agradecidos y contentos con esta extraordinaria experiencia. La acción del “el mejor jefe del mundo” -como lo bautizaron- provocó gran cantidad de halagos y aplausos de los internautas.