Cuando se habla de cuidar la salud, la atención suele centrarse en vitaminas o proteínas, pero pocas veces se piensa en los minerales. Uno de los más importantes —y también más ignorados— es el magnesio, un nutriente esencial que participa en más de 300 procesos del organismo, desde la producción de energía hasta el correcto funcionamiento de los músculos.
Lo curioso es que, a pesar de ser tan vital, gran parte de la población no consume la cantidad suficiente de magnesio en su dieta diaria, lo que puede derivar en síntomas como cansancio, calambres, dolores de cabeza, insomnio o incluso ansiedad.
Según especialistas, un adulto requiere entre 300 y 400 miligramos de magnesio al día, cantidad que, en la mayoría de los casos, puede cubrirse con una alimentación equilibrada. Este mineral ayuda a regular la función de músculos y nervios, mantener estable el ritmo cardíaco, fortalecer los huesos y mejorar el metabolismo de la glucosa, lo que lo convierte en un aliado en la prevención de problemas como la resistencia a la insulina.
La buena noticia es que no es necesario gastar de más ni recurrir siempre a suplementos. Incorporar alimentos ricos en magnesio es sencillo y aporta beneficios extra como fibra, antioxidantes o grasas saludables.
Aquí te compartimos cinco opciones prácticas y deliciosas que puedes sumar a tu menú:
Espinaca: además de ser rica en hierro y antioxidantes, una taza cocida aporta alrededor de 150 mg de magnesio. Puedes agregarla a ensaladas, guisos o smoothies verdes.
Almendras: un puñado (30 g) contiene 80 mg de magnesio, junto con vitamina E y grasas saludables. Son el snack perfecto para media mañana.
Aguacate: medio aguacate aporta cerca de 60 mg de magnesio, además de potasio y fibra. Ideal para tostadas, guacamole o ensaladas.
Plátano: una pieza mediana contiene 35 mg de magnesio. Es práctico y energético, perfecto para antes o después de entrenar.
Frijoles negros: una taza cocida suma 120 mg de magnesio, más proteínas y fibra que ayudan a mejorar la digestión y dar saciedad
Pequeños cambios en tu alimentación pueden marcar una gran diferencia en tu bienestar diario. El magnesio, ese mineral olvidado, podría ser la clave para sentirte con más energía y equilibrio.