El misterioso visitante interestelar 3I/ATLAS, procedente de las profundidades del espacio, continúa fascinando a la comunidad científica mientras se acerca a su punto más próximo al Sol, previsto para finales de octubre. Y es que, en un giro inesperado, las observaciones recientes sugieren que este forastero cósmico de aproximadamente 11 kilómetros de ancho podría estar experimentando un cambio cromático del tono rojizo inicial a un brillante verde esmeralda.
¿La causa? Todavía está en debate, pero el fenómeno ha captado la atención de astrónomos de todo el mundo.
Era predecible que, conforme se acercara al Sol –alcanzará su perihelio el 29 de octubre–, el cometa desarrollara una cola y coma más pronunciadas, como es característico de los cuerpos helados que se subliman bajo la radiación solar. Lo inesperado fue el resplandor verde que comenzó a manifestarse en las imágenes del 7 de septiembre, captadas bajo los cielos de Namibia por los astrofotógrafos Michael Jäger y Gerald Rhemann, quienes aprovecharon la excepcional oscuridad del eclipse lunar para documentar al visitante cósmico.
Descubrimiento del cometa interestelar
Este cometa fue avistado por primera vez a principios de julio, acercándose a nuestro sistema solar a más de 210.000 km/h desde más allá de la órbita de Júpiter, según datos de Live Science.
Los astrónomos rápidamente determinaron que se trataba de un objeto de origen interestelar, probablemente expulsado de un sistema estelar lejano dentro de la Vía Láctea y posiblemente más antiguo que nuestro propio sistema solar.
¿Qué podría estar causando este cambio de color?
Los expertos barajan varias hipótesis. Según el portal Spaceweather.com, la creciente proximidad del cometa al Sol podría estar provocando la expulsión de compuestos químicos más raros de su núcleo, dando lugar a ese tono verdoso.
No sería el primer cometa en mostrar este fenómeno. En años recientes, otros como el “cometa verde” C/2022 E3 (que pasó cerca de la Tierra a principios de 2023), el “cometa del diablo” 12P/Pons-Brooks, y SWAN25F también exhibieron tonalidades esmeralda.
Según reporta Live Science, la explicación más común para este color es la presencia de “dicarbono” en la coma del cometa, esa nube de hielo y gas que rodea su núcleo. Sin embargo, hasta ahora las observaciones espectroscópicas de 3I/ATLAS no han confirmado la presencia de esta molécula, lo que abre la puerta a otras hipótesis.
Una de las teorías más citadas es la del astrónomo de Harvard Avi Loeb, quien en su blog personal explicó que el responsable del color podría ser el cianuro, una sustancia detectada en la coma del cometa por el Very Large Telescope el 25 de agosto. Loeb sostiene que la producción de cianuro y de níquel sin hierro está aumentando drásticamente a medida que el objeto se acerca al Sol, lo cual explicaría el cambio de coloración.
Los datos del equipo ATLAS –citados por Loeb– reforzarían esta interpretación: a lo largo del año, la dispersión de luz alrededor del cometa ha aumentado en proporción inversa a su distancia al Sol, pasando de un brillo moderado a un resplandor más pronunciado al entrar en zonas más cálidas del sistema solar.












