Aaron Rodgers no se va a retirar, no por el momento, porque la NFL anunció un nuevo capítulo, y seguramente el último. El quarterback de 41 años firmará un año con los Steelers, el equipo que lo esperó incluso más de la cuenta, con la esperanza de encontrar un mariscal de campo capaz de llevarlos a la gloria. En el papel, hay pocos como el veterano que cumplen ese papel.
Aunque parecía que la novela no tendría ese final feliz, los Steelers mantuvieron la confianza en todo momento, quizá por eso su pasividad en la agencia libre y en el draft a la hora de ajustar su equipo y reforzarse en la posición más importante de todas. Pittsburgh le dio el tiempo necesario a Rodgers para que solucionara algunos temas personales y a unos días de que la preparación de cara a la campaña se ponga en serio finalmente llegó la señal que estaban esperando.
Rodgers viajará este mismo viernes a Pittsburgh para firmar un contrato de un año. No será multianual, como se especulaba, ni era ese el motivo del retraso en la firma. El quarterback quiere tener todo listo antes del arranque de los campamentos de entrenamiento, consciente de que no hay tiempo que perder.
Con un Súper Bowl en su palmarés, Aaron Rodgers busca un nuevo título que acreciente su legado. El quarterback llegará a una franquicia ganadora que también lleva un tiempo en busca de un nuevo anillo. La fórmula, vistos los antecedentes y las estadísticas, de menos luce prometedora.
Y aunque en última campaña no fue del todo buena en los New York Jets, sí dejó cifras aceptables, con 28 pases de touchdown y 11 intercepciones. A su disposición tendrá un cuerpo de receptores que se ha reforzado para esta temporada, con la llegada de DK Metcalf y el veterano Robert Woods.
