Palpitaciones, sudor frío y noches sin dormir: las películas de terror pueden quitarnos el sueño… pero también hacernos bien. Aunque parezca contradictorio, el miedo —cuando está bien dosificado— puede tener efectos positivos para la mente y el cuerpo, según diversos especialistas y estudios recientes.
Todo comenzó hace más de un siglo con Nosferatu: una sinfonía del horror (1922), el clásico del cine mudo dirigido por Friedrich Wilhelm Murnau. Su atmósfera inquietante, creada con luces y sombras sin efectos especiales, sentó las bases de un género que millones disfrutan cada año, especialmente en Halloween. Pero ¿por qué nos gusta tanto pasar miedo?
🎢 El miedo como “montaña rusa emocional”
Ver una película de terror es como subir a una montaña rusa: da miedo, pero sabemos que no corremos peligro. El especialista en miedo Borwin Bandelow explica que, durante una escena aterradora, el cuerpo libera hormonas del estrés y, al mismo tiempo, endorfinas que generan euforia.
“El cuerpo cree que se va a lastimar y libera sustancias que reducen el dolor y producen placer”, asegura. Es decir, el susto puede ser adictivo.
🎬 Wes Craven: el miedo como entrenamiento mental
El legendario director Wes Craven (Scream, Pesadilla en la calle Elm) consideraba que las películas de terror son un “campo de entrenamiento para la mente”. Según él, permiten procesar los temores reales —como la violencia o la pérdida— dentro de un entorno seguro.
“Las historias de terror encapsulan esos miedos en una secuencia comprensible de hechos y nos permiten reflexionar racionalmente sobre ellos”, explicó en una entrevista.
🔬 La ciencia detrás del “miedo recreativo”
Desde 2020, el Laboratorio del Miedo Recreativo de la Universidad de Aarhus (Dinamarca) investiga por qué las personas se exponen voluntariamente al miedo. Sus conclusiones son sorprendentes: sentir miedo en un entorno controlado puede mejorar la capacidad de manejar el estrés y ayudar a desarrollar estrategias contra la ansiedad.
“El miedo controlado puede contribuir al crecimiento personal”, afirma Mathias Clasen, codirector del laboratorio. Sin embargo, advierte que cada persona tiene un “nivel justo de miedo”: si se sobrepasa, el placer desaparece.
😱 Tres tipos de fanáticos del terror
El psicólogo Coltan Scrivner clasifica a los amantes del terror en tres grupos:
- Adictos a la adrenalina, que buscan emociones fuertes.
- De puños apretados, que sufren pero no pueden dejar de mirar.
- Los que enfrentan la oscuridad, que usan el miedo para procesar sus temores más profundos.
⚖️ El miedo, en su justa medida
Los expertos coinciden en algo: el miedo solo es saludable si está bien dosificado. Demasiado puede ser contraproducente, sobre todo en niños. Por eso, incluso en los parques de diversiones durante Halloween, se crean zonas sin monstruos para que todos puedan disfrutar sin sobresaltos.
🧛♀️ En resumen: el miedo puede ser un enemigo… o un maestro. Todo depende de cuánto lo dejes entrar.












