En Europa, en particular en los Países Bajos, están tratando de buscar un aprovechamiento al sargazo que llega a la Riviera Maya, en busca de encontrar mejores estrategias para su manejo, para ello se trabajó con una comitiva de 10 empresas holandesas y con la embajada de ese país, quienes están interesados en el manejo de esta alga, informó Toni Chavez, presidente de la Asociación de Hoteles de la Riviera Maya.
De momento los arribos de sargazo no han afectado severamente a la zona norte de Quintana Roo, se mantienen relativamente controlados y aunque con la surada de la semana pasada hubo arribos inesperados, hay labores de limpieza constantemente y siguen los monitoreos.
“Hemos estado con una comitiva y un foro con la embajada de Países Bajos, con 10 empresas holandesas que están muy interesadas en participar en el proyecto que tenemos y que estamos liderando para la recogida del sargazo, vino el subsecretario federal de medio ambiente y algo que nos llena de optimismo es que sí toman el sargazo como una problemática turística para el destino, esto ayuda porque antes no lo tomaban así”, indicó el líder hotelero.
Expuso que sí va a haber inversión, sí habrá un programa serio, ya planteado por la secretaría federal de medio ambiente y la Unión Europea ya está metiendo recursos para contribuir a la solución de problemas. Actualmente, recordó, desde Europa se están trabajando dos proyectos, uno con 500 millones y otro de 400 mil dólares para estudios sobre de dónde viene el sargazo.
Respecto a la reunión celebrada en días pasados, especificó que participaron diversas empresas, desde las que tienen barcos recolectores hasta las que quieren producir biocombustible, bioenergía, procesos de sargazo y recolección, entre otras que son importantes y que si decidieron viajar hasta el destino es porque realmente están interesadas.
La semana pasada ambas delegaciones sostuvieron foros, para conocer la visión que tiene cada parte, así como un networking entre las empresas para saber lo que está haciendo cada una. La idea es que algunas empresas bajen recursos y otras están comprometiéndose a realizar planes piloto y poner dinero para demostrar que pueden trabajar con el alga.