Si eres un amante del café, es muy probable que te hayas preguntado en algún momento cómo mejorar su sabor. Los puristas lo toman solo; pero muchas personas optan por añadir ciertos ingredientes para suavizar su amargor, como la leche o el azúcar. Sin embargo, últimamente se ha popularizado en las redes sociales una técnica poco común: agregar una pizca de sal.
Según quienes promueven esta práctica, el truco parece eliminar parte del amargor y potencia otros sabores que de otra forma se perderían. Y aunque muchos puedan sentir escepticismo y crean que se trata de un truco falso en las redes sociales, todo parece indicar que esta práctica, conocida desde hace décadas, tiene fundamentos científicos y puede convertirse en una opción atractiva para aquellos que buscan darle un toque diferente a su café.
La sal es efectiva para enmascarar el sabor amargo
Al parecer, el efecto de la sal (el cloruro sódico) sobre el café es similar al que se produce al añadir una pizca de sal a los postres, ya que ayuda a equilibrar los sabores y a suavizar el amargor característico de la bebida. Así, al suprimir la percepción del amargor, la sal permite que otros sabores, como el dulce o el umami –uno de los sabores básicos junto con el dulce, ácido, amargo y salado–, pasen a primer plano y brillen de verdad.
Los científicos atribuyen la capacidad del cloruro sódico –la sal de mesa común– para suprimir el amargor a la popularidad de la sal como ingrediente culinario en todo el mundo. Los científicos atribuyen la capacidad del cloruro sódico –la sal de mesa común– para suprimir el amargor a la popularidad de la sal como ingrediente culinario en todo el mundo.
Los científicos atribuyen la capacidad del cloruro sódico –la sal de mesa común– para suprimir el amargor a la popularidad de la sal como ingrediente culinario en todo el mundo.
Anteriormente, un estudio publicado en 1995 demostró que la sal es efectiva para enmascarar el sabor amargo, según cita el medio científico Science Alert. De acuerdo con el estudio, la adición de sal a una mezcla de compuestos dulces y amargos hace que la mezcla tenga un sabor más dulce y menos amargo, sin embargo, los compuestos amargos no afectan el sabor salado.
En las redes sociales, varios expertos en café se han sumado a la conversación sobre añadir sal a esta bebida. El YouTuber y barista James Hoffman, por ejemplo, ha ofrecido una explicación científica sobre el efecto que tiene la sal en el sabor del café. Según Hoffman, nuestra lengua tiene receptores del gusto que detectan iones de sodio y experimentamos el sabor salado. La salinidad también puede amplificar el dulzor y reducir el amargor, lo que explica por qué agregar una pizca de sal puede mejorar el sabor del café.
Prácticas tradicionales
Según Science Alert, hay lugares en el mundo donde añadir sal al café es una práctica común para potenciar su sabor. En Vietnam, por ejemplo, se prepara café salado que se realza con leche condensada para obtener una infusión deliciosamente acaramelada. En Suecia, existe una tradición de café ártico que incluye agregar un poco de carne o queso salados. Incluso los miembros de la Marina estadounidense solían tomar café con sal durante y después de la Segunda Guerra Mundial porque su equipo de desalinización no era del todo eficaz, y descubrieron que la sal ayudaba a eliminar el amargor.
Estas prácticas tradicionales sugieren que añadir sal al café no es tan extraño como podría parecer, y que puede ser una forma efectiva de mejorar el sabor de la bebida, especialmente en situaciones en las que acaba con café quemado debido a una extracción excesiva.
Pero como cualquier solución, el truco, como era de esperar, también tiene su lado negativo, ya que hay que tener en cuenta las desventajas de consumir demasiada sal, como el aumento del riesgo de hipertensión, enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares.
En definitiva, aunque la sal puede ser útil para mejorar el sabor del café, no es una solución perfecta para todos los casos. Como afirma Hoffman, el amargor del café puede ser uno de sus mayores placeres, y cuando el café y su preparación son buenos, el punto justo de amargor es apetecible. En resumen, nada se compara con un buen café bien preparado y con el equilibrio de sabores adecuado.