Durante La Mañanera del Pueblo, la presidenta Claudia Sheinbaum lamentó la reivindicación que el presidente electo de Chile, José Antonio Kast, ha hecho de la figura de Augusto Pinochet, y aprovechó para hacer un repaso histórico sobre los golpes de Estado ocurridos en el Cono Sur de América Latina, así como para advertir sobre los riesgos de normalizar el autoritarismo.
La mandataria recordó que en países como Chile, Argentina, Uruguay y Brasil se vivieron interrupciones violentas de la democracia con un fuerte intervencionismo de Estados Unidos, hechos que —subrayó— fueron reconocidos años después tras la apertura de archivos oficiales.
En el caso chileno, Sheinbaum destacó que Salvador Allende llegó a la presidencia mediante una elección democrática y que decisiones soberanas, como la nacionalización del cobre, fueron factores que detonaron el golpe militar de 1973. Al referirse al régimen de Augusto Pinochet, lo describió como una dictadura marcada por una represión brutal contra integrantes del gobierno de Allende y movimientos populares.
La presidenta señaló que resultan “difíciles de olvidar” las escenas de asesinatos cometidos en estadios y la eliminación de opositores sin juicio, únicamente por pensar distinto, y enfatizó que, más allá de cualquier modelo económico, lo verdaderamente condenable es el autoritarismo.
En ese contexto, Sheinbaum consideró preocupante que desde sectores de la ultraderecha, como ocurre con las posturas expresadas por José Antonio Kast, se pretenda reconocer o reivindicar a figuras responsables de golpes de Estado y violaciones graves a los derechos humanos.
En contraste, la mandataria defendió que en México existe una democracia plena, en la que no hay persecución a medios de comunicación, censura ni represión contra la oposición. Incluso —añadió— grupos de ultraderecha han podido reunirse y manifestarse libremente, lo que demuestra la vigencia de las libertades democráticas en el país.












