- Entre sombreros chontales, flautas y tambores se celebró una importante sesión solemne en la que la LXV Legislatura hizo historia con la cultura
Los sombreros estilo chontal tapizaban la sala pública del Congreso del Estado de Tabasco, que en su fachada de este 8 de mayo tenía colgados largos pendones que representaban las tiras bordadas, símbolo de la fiesta del pueblo, que no puede haber sin su música, la de los tamborileros.
“Lo que se está logrando ahora es histórico porque nos representa como tabasqueños y como sociedad. Se reconoce el esfuerzo de los tamborileros por mantener viva su música todos estos años. Y qué bueno que el gobierno lo esté impulsando, porque demuestra que ha habido cambios y están interesados en sectores que antes no se habían visto, como los pueblos originarios, que están impulsando sus culturas y tradiciones”, expresó el médico tenosiquense de 26 años, Manuel Marín, quien toca el tambor desde que tenía 14 de edad.
La casa del pueblo parecía un congreso tomado, que evocaba aquellas fotografías legendarias, en blanco y negro, de cientos de revolucionarios “sombrerudos”, que los hermanos Casasola retrataron durante los hechos históricos de 1917. Pero en vez de armas, ahora calzados de huaraches, paliacate al cuello y vestimenta chontal, la multitud cargaba al hombro sus tambores de cuero, cuyo peso llega a oscilar entre los cinco y 20 kilos, sus carrizos con agujeros que son sus flautas y unas enormes conchas de hicotea, que sirven como percusiones.
La madre de Íker Alejandro, doña Jessica Celaya, acompañó a su pequeño tamborilero a atestiguar el momento histórico, procedentes de Cárdenas.
“La música tabasqueña es muy bonita. Me gustaría que mi hijo llegara a grande y siguiera participando en los eventos culturales. Es algo que nuestros ancestros hicieron y es muy bonito que ellos sigan la tradición”, señaló la madre, quien reveló que su hijo aprendió a tocar en la Casa de la Cultura de aquel municipio.
Los 320 tamborileros escucharon con orgullo y seriedad la sesión pública ordinaria que, con carácter de solemne y convocada por la Sexagésima Quinta Legislatura, aprobó la declaratoria de su música, conocida como música de tamborileros, como un patrimonio cultural inmaterial de las y los tabasqueños. Sin moverse de sus asientos también escucharon la aprobación por unanimidad de fijar oficialmente en el calendario cívico local, el 5 de marzo como Día del Tamborilero Tabasqueño.
Terminada la sesión, los presentes se quitaron el sombrero al unísono y cantaron el Himno Nacional. Después, en un hecho inédito, los tamborileros, procedentes de los 17 municipios de Tabasco, tocaron con enjundia el casi himno de todo percusionista tradicional, ‘A Tabasco’. Las personas indígenas del cuadro del pintor Montuy parecieron cobrar más esplendor y un toque de alegría ante el electrizante ritmo.
Afuera del Congreso, ancianos, jóvenes y mujeres con sus tambores y flautas se acomodaron para escuchar las palabras del Gobernador Javier May Rodríguez.
Un joven tamborilero llamado José Chablé estuvo durante toda la sesión con un retrato de otro joven músico. Y nunca lo bajo, incluso cuando estaba ya afuera en las escaleras para el evento público.
“El del retrato se llama Alan Gallegos, fue un gran promotor cultural. Aunque él no está en este plano, lo tenemos presente. Para mí es un gran maestro tamborileros. De alguna manera su memoria nos acompañó hoy”, dijo el musico tradicional.
Al tomar la palabra, el gobernador les aseguró que en cada comunidad hay un tamborilero y los llamó “guardianes de la memoria” y portadores de la identidad, recordándoles que tambien son baluarte de la lucha y la resistencia.
Al despedirse a las puertas del Congreso, las y los tamborileros hicieron de la casa donde se dictan leyes, una casa de fiesta y alegría con parejas vestidos a la usanza tradicional bailando felices, para alegría de los personajes del cuadro de Montuy y de todos los tabasqueños.
