El planeta Venus, conocido como el “gemelo maldito” de la Tierra por sus temperaturas extremas y atmósfera sofocante, acaba de revelar un hallazgo sorprendente: gigantescos túneles de lava que rompen todas las reglas conocidas de la geología planetaria.
Un equipo internacional de científicos, liderado por Barbara De Toffoli de la Universidad de Padua, presentó en el Congreso Científico Europlanet en Helsinki evidencias de que bajo la superficie del planeta más inhóspito del sistema solar podrían existir algunas de las cavidades subterráneas más grandes jamás detectadas.
Los tubos de lava son estructuras comunes en cuerpos planetarios. Se forman cuando la capa superior de un flujo de lava se solidifica mientras la roca fundida sigue desplazándose por debajo, dejando tras de sí un pasadizo vacío. En la Tierra suelen ser modestos, en Marte alcanzan mayores dimensiones y en la Luna llegan a ser colosales debido a su baja gravedad.
Sin embargo, Venus rompe con esta lógica. A pesar de tener una gravedad similar a la terrestre, los investigadores identificaron indicios de túneles mucho más masivos de lo esperado, localizados en fosas sinuosas alrededor de volcanes escudo como el Maat Mons.
El equipo llegó a esta conclusión tras analizar imágenes de radar y datos de misiones anteriores, descartando que las estructuras fueran simples fracturas tectónicas. Según De Toffoli, la explicación podría residir en la altísima presión atmosférica de Venus, que aplanaría los túneles en lugar de erosionarlos, permitiendo que alcanzaran dimensiones gigantescas.
Más allá de lo fascinante del descubrimiento, el hallazgo ofrece pistas valiosas sobre la evolución térmica y tectónica del planeta. Además, plantea un enigma científico: ¿cómo pudieron formarse estas estructuras bajo condiciones tan extremas de calor, presión y actividad volcánica?
Futuras misiones como la sonda EnVision de la Agencia Espacial Europea, programada para lanzarse en 2031, podrían resolver parte del misterio gracias a su radar capaz de explorar bajo la superficie.
Mientras tanto, los túneles de lava en la Luna y Marte ya son considerados como posibles refugios para futuros colonos espaciales. Venus, en cambio, con temperaturas de más de 480 °C y nubes de ácido sulfúrico, seguirá siendo un infierno inhabitable. Pero incluso en ese infierno, guarda secretos capaces de desafiar nuestra comprensión del universo.
