El conservador Nasry “Tito” Asfura fue declarado oficialmente ganador de las elecciones presidenciales de Honduras, celebradas el pasado 30 de noviembre, luego de un prolongado y polémico escrutinio que mantuvo al país en vilo y elevó la tensión política.
El Consejo Nacional Electoral (CNE) informó que, tras concluir el recuento especial de 2 mil 792 actas revisadas por presuntas inconsistencias, Asfura —candidato del Partido Nacional— obtuvo el 40.27% de los votos, superando por un estrecho margen a Salvador Nasralla, del Partido Liberal, quien alcanzó 39.53%.
El resultado representa un duro golpe para el partido oficialista de izquierda Libertad y Refundación (Libre), cuya candidata Rixi Moncada quedó en tercer lugar con 19.19%, y marca el regreso de la derecha al poder tras cuatro años de gobierno progresista encabezado por Xiomara Castro.
Celebración y mensaje de victoria
Tras el anuncio oficial, Asfura, de 67 años, celebró su triunfo en la red social X, donde aseguró estar listo para gobernar:
“Honduras, ya tenemos la declaratoria oficial del CNE… Estoy preparado para gobernar. No te voy a fallar. ¡Dios bendiga Honduras!”
Simultáneamente, dirigentes y simpatizantes del Partido Nacional festejaron en su búnker ondeando banderas y coreando “papi, papi, papi”, apodo con el que identifican a su candidato.
Reacciones internacionales: respaldo de EE.UU. y líderes conservadores
El triunfo de Asfura fue rápidamente celebrado por figuras internacionales. El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, afirmó que “el pueblo de Honduras ha hablado” y expresó el interés de Washington en trabajar con el nuevo gobierno para impulsar la prosperidad y la seguridad regional.
También el presidente argentino Javier Milei aplaudió la victoria, calificándola como “una derrota contundente del narcosocialismo” y una señal de que “la libertad vuelve a imponerse en Honduras”.
Por su parte, la Organización de Estados Americanos (OEA) reconoció la declaratoria del CNE y manifestó su disposición a acompañar una transición de poder pacífica, aunque lamentó que aún no se haya completado el recuento total de votos.
Elecciones bajo tensión y denuncias
El proceso electoral estuvo marcado por denuncias de irregularidades, protestas y acusaciones de injerencia extranjera. Antes del escrutinio especial, la diferencia entre Asfura y Nasralla era inferior al 1%, lo que avivó las sospechas y la polarización.
Nasralla denunció anomalías en el proceso, mientras que Rixi Moncada se negó a reconocer los resultados. La presidenta saliente, Xiomara Castro, criticó inicialmente la supuesta intervención de Estados Unidos, aunque posteriormente aseguró que su gobierno respetaría la decisión del CNE.
En ese contexto, Estados Unidos revocó y negó visas a dos funcionarios hondureños vinculados al partido Libre, por considerar que interfirieron en el recuento de votos.
Un nuevo giro a la derecha en América Latina
La victoria de Asfura se inscribe en un viraje regional hacia la derecha, que ocurre apenas días después de que Chile eligiera al ultraderechista José Antonio Kast como presidente.
Respaldado abiertamente por Donald Trump, quien aseguró que Asfura era el único candidato con el que su gobierno estaba dispuesto a trabajar, el nuevo mandatario hondureño buscará estrechar la cooperación con Washington en temas de migración, seguridad y comercio.
Perfil del nuevo presidente
Asfura fue alcalde de Tegucigalpa durante dos periodos consecutivos (2014-2022) y se presenta como un empresario exitoso del sector de la construcción. Aunque fue criticado por la falta de propuestas concretas durante la campaña, prometió impulsar la inversión, la generación de empleo y reforzar la seguridad con policías comunitarios, tecnología y combate frontal al crimen organizado.
“Soy un hombre de trabajo, no de promesas”, afirmó durante la campaña.
Con este resultado, Honduras inicia una nueva etapa política, marcada por la polarización, el retorno del conservadurismo y una estrecha relación con Estados Unidos en un momento clave para la región.
