En la búsqueda permanente de alternativas que nos ayuden en el cuidado de la salud, optimizarla y prevenir posibles afecciones, como combatir el colesterol, por ejemplo, muchas personas pueden caer en la trampa del brebaje costoso comprado por Internet, del remedio casero que no ayuda en nada, o recurrir a la famosa taza de agua con sal rosa y limón, por nombrar solo algunos ejemplos.
Sin embargo, sí existen alternativas naturales cuyas propiedades han sido avaladas científicamente y que han llamado la atención de investigadores a lo largo del tiempo por sus muchas propiedades que benefician nuestra salud. Tal es el caso, por ejemplo, del vinagre de manzana, que tiene efectos muy positivos en la reducción de los niveles de azúcar en la sangre; o la miel, que cuenta con investigaciones que respaldan muchos de sus beneficios.
Y es justamente un ingrediente vinculado con este dorado líquido el que está de moda actualmente, el polen de abejas, al cual se le adjudica no solo aportar vitaminas y combatir el colesterol, sino que también optimizar el deseo sexual. En un artículo del Centro Apisalud se menciona que el polen de abeja se consume desde hace cientos de años la antigua cultura China lo usaba como medicina tonificante, e incluso hay registros de su consumo por parte de otras civilizaciones antiguas como la Griega y la Romana.
Aunque hoy ha adquirido relevancia, así como el propóleo o la jalea real, por sus propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y su contenido en vitaminas y otros nutrientes, hay que decir que se necesita aún más respaldo científico para aseverar con contundencia sus beneficios. Sin embargo, el panorama es prometedor.
Qué es el polen de abeja y sus propiedades
El polen de abeja es el resultado de la rutina de este insecto paseando de flor en flor las abejas recogen el polen de las flores para recolectar néctar, y queda pegado a sus patitas y sus cuerpos cuando regresan a su colmena, este polen se mezcla con sus propias enzimas y con néctar con lo que se crea este producto. En la revista Medicina alternativa y complementaria basada en la evidencia, se profundiza acerca de los beneficios respaldados por la ciencia en un artículo científico, donde se señala que el polen de abeja contiene proteínas, aminoácidos, carbohidratos, lípidos y ácidos grasos, compuestos fenólicos, enzimas y coenzimas, así como vitaminas y bioelementos.
Entre estos nutrientes están las vitaminas E y D, B1, B2, B6 y C, así como también calcio, fósforo, magnesio, sodio y potasio, y micronutrientes como hierro, cobre, zinc, manganeso, silicio y selenio. Además, la investigación indica que los flavonoides, poderosos compuestos antioxidantes, ayudan a combatir el estrés oxidativo en el organismo, combaten radicales libres y contribuyen a prevenir las enfermedades crónicas con lo cual valdría la pena incluirlo en la lista de alimentos antioxidantes que nos ayudan a prevenir el envejecimiento prematuro.
También se indica que puede tener propiedades antiinflamatorias, y que apoya al sistema inmune, además de ser una fuente de energía y resistencia interesante, con lo cual es utilizado por deportistas, pero también por quienes sufren de depresión, pues aumenta el deseo de vivir e incluso es favorable en el tratamiento del alcoholismo. Por otra parte ha sido investigado con éxito en el tratamiento de la aterosclerosis, afección causada por el colesterol LDL, conocido como el colesterol malo, muy nombrado en estos días por el lanzamiento al mercado de la vacuna que lo combate.
Y tiene efecto desintoxicante, se ha demostrado su capacidad antialérgica, así como sus valores desinflamatorios en la salud cardiovascular y renal, así como también de la próstata, cuyas condiciones se ven favorecidas con su ingesta. Además se le adjudica que su aporte de energía influye también en el vigor y el deseo sexual, y se dice que su uso prolongado induce una mejoría en el estado de ánimo.
