La nueva entrega de la saga de baloncesto más popular del mundo ya está aquí y trae consigo un cambio que la comunidad llevaba años pidiendo. NBA 2K26 mantiene su nivel técnico y jugable en lo más alto, pero ahora también ofrece un modelo de recompensas más generoso y menos invasivo.
Desde NBA 2K19, la franquicia no lograba convencer a la crítica ni a los fans, señalada por su agresiva política de monetización. Este año, Visual Concepts y 2K Games parecen haber dado un paso atrás en la presión sobre el jugador: adiós a los pop-ups de compra y bienvenida a más recompensas sin gastar dinero real.
El título se mantiene como el simulador deportivo de referencia. No hay un deporte más difícil de plasmar que el baloncesto: un ritmo frenético, contactos constantes y la necesidad de reflejar cada movimiento con precisión milimétrica. Pese a ello, el equipo de desarrollo liderado por Mike Wang ha mantenido un alto estándar en jugabilidad. El problema, sin embargo, nunca estuvo en el gameplay, sino en el modelo de negocio.
Un cambio de rumbo en la monetización
Desde NBA 2K19, la saga arrastraba un historial de duras críticas por su agresiva política de micropagos. Pop-ups constantes, limitaciones de recompensas y un diseño que empujaba al jugador a gastar dinero real minaban la experiencia.
Con NBA 2K26 la situación parece diferente: aunque los micropagos no han desaparecido, la presión es mucho menor. Adiós a los molestos anuncios invasivos y bienvenida una mayor generosidad en las recompensas. Una decisión que no solo respeta más el tiempo de los jugadores, sino que podría devolver la confianza de una base fiel, aunque desencantada.
Gameplay y modos de juego: más profundidad y opciones
La jugabilidad sigue siendo el punto fuerte. Nuevas mecánicas como el “o verde o fallo” en los tiros, los signature moves más accesibles que nunca o la posibilidad de armar el lanzamiento antes de recibir el balón elevan aún más la experiencia ofensiva. Aunque la defensa sigue mostrando desequilibrios, el nivel técnico coloca a NBA 2K26 en lo más alto del género.
Los modos de juego tampoco se quedan atrás. Mi Carrera presenta “Out of Bounds”, una narrativa fresca, mientras que la Ciudad reduce su tamaño para priorizar lo esencial: jugar al baloncesto. Mi NBA y Mi GM continúan como joyas de la saga, permitiendo recrear épocas históricas y escenarios alternativos. En Mi Equipo, tradicionalmente criticado por la monetización, se respira un aire renovado gracias a recompensas más accesibles y dinámicas más amenas.
La integración de la WNBA se refuerza con la presencia de nuevas estrellas como Caitlin Clark o Angel Reese, reflejo del crecimiento del baloncesto femenino.
Entre el optimismo y la cautela
NBA 2K26 ofrece cantidad y calidad de contenido, una jugabilidad afinada y un modelo de recompensas menos abusivo. Sin embargo, queda la gran incógnita: ¿se mantendrá esta tendencia a lo largo de toda la temporada? Con un juego como servicio, el verdadero examen llega en los próximos meses.
Lo mejor
- Jugabilidad pulida con mecánicas innovadoras.
- Gran variedad de modos de juego, ahora más accesibles.
- Mayor presencia de la WNBA.
- Banda sonora considerada la mejor en la historia de la saga.
Lo peor
- Los micropagos siguen presentes, aunque menos invasivos.
- Falta de equilibrio entre ataque y defensa.
- Dudas sobre la sostenibilidad del modelo en el largo plazo.
Con todo, NBA 2K26 parece marcar un antes y un después. Si el compromiso con el jugador se mantiene, podríamos estar ante el renacer de una saga que, pese a sus sombras, sigue dominando la cancha del baloncesto virtual.